Impacto ecológico del gas de esquisto frente al interés económico
Marc PRÉEL - Los detractores de la explotación de gas y petróleo de esquisto denuncian su impacto ecológico y abogan por su prohibición, pero los defensores creen que con reglas y prácticas más estrictas se controlarán ciertos riesgos constatados en Estados Unidos.
El 'fracking', o fracturación hidráulica, es uno de los principales puntos de discordia. Consiste en inyectar a través de tubos de perforación a fuerte presión una mezcla de agua, arena y productos químicos.
Esta mezcla fisura la capa de "roca madre" en la que se encuentran atrapados el gas y el petróleo, a entre 2.000 y 4.000 metros de profundidad. Las fisuras liberan los hidrocarburos, que se bombean hacia la superficie.
Los geólogos interrogados por AFP creen que el riesgo de que estas substancias emerjan directamente de las profundidades de la tierra es muy bajo.
Las fisuras que se crean con esta inyección artificial suelen tener varias decenas de metros -pueden llegar hasta 200 ó 300 en casos extremos-, lo que excluye la posibilidad de que el gas se filtre hacia las capas freáticas, unos mil metros más arriba. Sólo se ha documentado un caso de este tipo en Pavillion, en Wyoming, Estados Unidos.
FUERTES PRESIONES
En realidad, el riesgo principal procede de la parte superior de los pozos, la que atraviesa las capas freáticas, debido, principalmente a que la la capa de cemento que rodea a los tubos metálicos de la perforación no es totalmente hermética.
"Esto puede deberse a los fluidos que se inyectan en el tubo, a fluidos que salen del tubo o a fluidos del acuífero (napas de agua) atravesado por la perforación, pero no puede proceder de algo que por definición es mucho más profundo, como la roca madre", dice Bruno Goffé, geólogo y consejero científico en el CNRS (Centro Nacional francés de Investigación Científica).
Este riesgo existe en cualquier perforación, pero la fracturación "supone un riesgo adicional porque hay una fuerte presión en los tubos para llegar a fracturar la roca en profundidad, por lo que la presión es muy muy fuerte cerca de la superficie, y ahí puede haber, evidentemente, fisuras o accidentes", subraya.
Según Susan Brantley, una geóloga estadounidense, entre el 1% y el 3% de los pozos han presentado este tipo de fallos. Los estudios más alarmistas hablan de más del 6%.
Otra particularidad importante de los gases y petróleo alternativos o de pizarra es el número de perforaciones en una zona pequeña.
El riesgo -aunque sea bajo- de filtración o de accidente se multiplica por el número de instalaciones (en Estados Unidos se perforan más de 10.000 pozos de hidrocarburos de esquisto al año), sin hablar de los daños para el medio ambiente con la construcción de pozos.
EL AGUA
Otro gran problema es el agua. Cada pozo de gas de esquisto necesita "entre 10.000 y 20.000 metros cúbicos", es decir, entre 10 y 20 millones de litros, más de 500 toneladas de arena y unas 50 toneladas de productos químicos, recuerda Thierry Froment, director general de la división 'Oil and Gas' del gigante francés del agua Veolia.
En total, "del 60 al 80%" de la mezcla vuelve a subir, según él. El resto, con su 0,5% de productos químicos, permanece en la capa fracturada.
En todos los casos, este agua se pierde, lo que supone un problema en las zonas áridas. En Estados Unidos, la que vuelve contaminada suele pasar sin tratar a los pozos de "inyección" (o pozos-basureros") y en el mejor de los casos, tratada ligeramente antes de volver a ser usada en otras fracturaciones.
Nada impide, técnicamente, una solución más limpia, permitiendo reutilizarla por ejemplo en la agricultura, pero el coste será mucho más alto (al menos cuatro veces más, según Veolia), aunque esta situación debería terminar por imponerse.
PRODUCTOS QUÍMICOS, SEÍSMOS Y METANO
Los detractores denuncian la utilización de productos químicos en la fracturación. En un catálogo de más de 500 productos, la mezcla que se utiliza suele contener entre una decena y una treintena de productos, según el sector. Algunos "ingredientes" -pero no todos- pueden ser reemplazados por equivalentes biodegradables, como la goma de guar.
Otro posible efecto de la fracturación son los seísmos; se trata de movimientos telúricos mínimos, con magnitudes que sólo los aparatos pueden detectar, aunque existe el riesgo de fracturar cerca de una falla geológica activa, como ocurrió en Gran Bretaña en 2011. Pero, según los geólogos, los estudios sísmicos básicos permiten evitarlo.
En cambio, los pozos de inyección de aguas usadas pueden generar una actividad telúrica mucho más significativa.
Otra consecuencia de la perforación es la fuga de metano. Este gas de efecto invernadero es al menos 25 veces más poderoso que el C02, lo que significa que si sólo un 3% ó un 4% se escapa, el balance de carbono de gas de esquisto equivale al del carbón, la energía fósil más sucia.
Pero un estudio reciente de la Universidad de Texas sugiere que los nuevos pozos estadounidenses, sometidos a reglas más estrictas, reducen considerablemente este efecto.
"Siempre hay un poco, pero es como la fontanería: si tienes un buen fontanero, hay menos fugas", resumió Goffé.
Fuente:AFP
Impacto ecológico del gas de esquisto frente al interés económico
Reviewed by luis
on
9/25/2013
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