Repsol, el último partido de Evo Morales

La petrolera española incrementó los volúmenes de producción en Margarita. La crisis europea ha hecho repensar la estrategia de la transnacional, más centrada ahora en inversiones en EEUU e interesada en vender sus activos

Jesús Cantín/La Mano del Moto - Allá donde hace diez años empezaba todo, el presidente Morales se jugaba un partidito de fútbol, “la selección del Evo contra la selección de Repsol”. ¿Amnesia? ¿Perdón? ¿Despedida amistosa? Mucho han cambiado las cosas desde aquella “Guerra del Gas” que acabó en fuga hollywoodiense del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.

En 2003, el LNG Pacific, junto a Repsol y British Petroleum preveía exportar más de 50 millones de metros cúbicos diarios de gas hacia las costas de México y California (EEUU). Eran otros tiempos, las transnacionales afincadas en Bolivia habían certificado un volumen de reservas de más de 60 Trillones de Pies Cúbicos y el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, acuciado por las deudas financiadas por esos mismos poderes, se plegaba a sus exigencias. Sólo la especulativa intención de negocio basado en un dato “errado” le hizo ganar a Repsol cientos de millones de dólares en la Bolsa de Nueva York, de donde años más tarde sería expulsada cuando la SEC comprobó manipulación en los datos de las reservas.

Quizá el error más grande que cometió el Gobierno de Goni fue filtrar que la ruta elegida pasaría por los puertos bolivianos ocupados por Chile. Los argumentos en contra se multiplicaron. A las exigencias de asegurar primero el abastecimiento interno de gas, a las propuestas de utilizar un puerto peruano para aprovechar los tendidos de ductos por el occidente del país y al cuestionamiento sobre un negocio que, se calculaba, dejaría en Bolivia apenas 180 millones de dólares anuales sobre los mil millones estimados, se sumó el fervor nacionalista de rechazo a Chile. La mecha estaba prendida.

El tiempo demostró que la Guerra del Gas sólo supuso un hito más en la estrategia de tumbar al Gobierno emenerrista y no en sí el más importante. La campaña había empezado años antes y la “agenda de octubre” estaba prácticamente definida antes del inicio del conflicto que desencadenó la caída del Gobierno.

Repsol, la madrina del ALBA

En los hechos, Repsol se convertiría pocos meses después en “la madrina” de la Alianza Bolivariana de la Américas (ALBA), empujada por el controvertido gobierno de José María Aznar en España, como reflejan varias crónicas de celebraciones en las embajadas venezolanas y ecuatorianas en Madrid con Antonio Brufau, presidente de Repsol, como maestro de ceremonias. Vuelos y reuniones entre máximos dignatarios y campañas,  incluyendo los Kirchner, también fueron auspiciados por la petrolera, y el “infeliz final” de la nacionalización que emprendió el 1 de mayo de 2006 el ministro de Hidrocarburos, Andrés Soliz Rada, que se frustró apenas seis meses después con la firma de los contratos petroleros diseñados por Manuel Morales Olivera con el asesoramiento de la petrolera francesa Total, les benefició.

Ni Repsol ni ninguna de las otras grandes petroleras se iban a ir teniendo ya su fuerza de trabajo instalada, pero aceptaban pagar más al Estado mientras hubiera volumen de negocio considerable. En 2006 la De Goyler & Mc Naugthon nos devolvió a la realidad cifrando las reservas probadas en 9,4 TCF, dejando al descubierto la omisión en exploración de las petroleras que llegaron entre 1997 y 2006 y que se limitaron a explotar las reservas descubiertas por YPFB antes de la “capitalización”.

Bolivia exporta hoy a Brasil y Argentina unos volúmenes similares a los previstos en el proyecto del Pacific LNG con una inversión menor y en la que YPFB ha podido participar como socio y beneficiado con precios crecientes. Brufau y Evo nos han regalado a lo largo de la última década numerosos encuentros amistosos con abrazos inmortalizados para la Historia por las cámaras. El encuentro del martes no fue tan amistoso.

¿Despedida?

Brufau y Morales, esta vez, no se deshicieron en abrazos ni halagos en la conferencia de prensa organizada el martes en el megacampo Margarita, donde Repsol entregaba la Fase II culminada y que ha incrementado la producción del megacampo hasta los 15 millones de metros cúbicos diarios. Brufau habló de lo suyo y Evo de lo propio. Evo incluso aprovechó para sancionar la Ley de exploración a favor de BG para el área de Huacareta, algo que le robó titulares de prensa a la petrolera española.

El encuentro del martes vino precedido de un extenso artículo publicado el domingo en el diario español El País, el de mayor tiraje, en el que Miguel Martínez, director general económico financiero y de desarrollo corporativo de Repsol, explicaba los planes a corto y medio plazo de la transnacional. En el mismo dejaba muy claro que Repsol se está moviendo, con el recuerdo de Cristina Kirchner y la nacionalización de YPF en Argentina presente, hacia países “estables” para centrarse en inversiones en otros países, prioritariamente en EEUU.

El negocio de Perú y Bolivia supone un 8 por ciento de las cuentas de la petrolera, que desde hace cinco años, cuando estalló la crisis económica en Europa que ha afectado a sus principales accionistas, emprendió un camino de venta de activos.

La “concesión” a Repsol de Margarita fenece en el año 2031. El contrato se firmó en otros tiempos, cuando el megacampo estaba estimado en más de 10 TCF, pero que años después quedó en algo más de dos. Al actual ritmo de explotación, de 15 millones de metros cúbicos (Un trillón de pies cúbicos equivale a 28 mil millones de metros cúbicos), las reservas se acabarían en 13 años, en 2026, según los cálculos del experto Bernardo Prado Liévana. Si la producción se duplica, como es la intención, apenas llegaría a 2020.

Tres días después de que el país se quedara con la miel en los labios de una nueva nacionalización del Presidente, como acostumbraba a hacer los 1 de mayo, Evo, su vicepresidente Álvaro García Linera, el ministro de Hidrocarburos Juan José Sosa y el presidente de YPFB se reunían en misión “semisecreta” en el Hotel Los Parrales de la capital hidrocarburífera del país (Tarija) con el todopoderoso ministro de Planificación argentino, Julio De Vido y el presidente de la estatizada YPF, Miguel Matías Galuccio.

Repsol extrae en Margarita y se vendía a sí mismo al otro lado de la frontera a través de YPF y Enarsa. Con la nacionalización argentina se han eliminado intermediarios. Todos los participantes negaron que el futuro de Repsol en Bolivia fuera parte de las negociaciones aunque las bases del Movimiento Al Socialismo le reclamen ese gesto.

Con todo, Bolivia ya ha entrado en año electoral y octubre de 2014 está en la retina de todos. Pocas cosas tendrían tanto impacto como adquirir los activos de Repsol en Bolivia a través de una compra disfrazada de nacionalización. Imprescindible es actualizar la certificación de reservas, en dos ocasiones postergada por el presidente de YPFB Carlos Villegas, para tasar en su justo precio cada uno los campos.

Quizá también, con la petrolera lejos, sea más fácil esclarecer su papel en aquellos tumultuosos días de octubre de 2003.

Fuente: EL NACIONAL
Repsol, el último partido de Evo Morales Repsol, el último partido de Evo Morales Reviewed by luis on 10/13/2013 Rating: 5

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