Gestión Ambiental igual a participación consiente.

La Gestión Ambiental depende de una sola búsqueda que es mejorar la calidad de vida, lo cual sólo es posible con la contribución real, efectiva y consecutiva de proyectos que utilicen diferentes espacios y recursos de nuestro planeta, pero con autorizaciones, licencias o permisos ambientales. Por ello, la incidencia, continuidad y sobre todo participación directa de la sociedad en las regulaciones y decisiones ambientales, en especial, en las que tienen que ver con el otorgamiento de licencias, permisos o procesos sancionatorios ambientales, además de las concesiones que tienen que ver con la industria petrolera son parte de un gran grupo decisiones que dependen de una buena Gestión Ambiental.

Creo que es pertinente resaltar que una buena gestión ambiental siempre está en relación con grupo étnicos, porque ellos hacen vida en ambientes donde seguramente son de interés para algún estado o empresa, así que primero propiciar un debate sobre el destino de esos espacios es esencial y con cumplir con una consulta previa es una obligación cuando se espera tomar decisión que de alguna forma ya sea directa o indirecta los afectara.

De allí parte la idea que una gestión ambiental que crea en el derecho y participación de diferentes opiniones con base, es fundamental, es decir que existan espacios para la prevención a través de personas, comunidades y organizaciones que no son gubernamentales, este conjunto de personas con ideas pueden contribuir y fortalecer cualquier trabajo que afecte el ambiente.

El desconocimiento de que en la actualidad existen avances en la contribución social de proyectos y protección es sin duda una falla, ya que el simple efecto de una inversión para utilizar un recurso trae en cualquier zona tanto trabajo e inversión como problemas u oportunidades para resolver otros. Además los recursos naturales se deben usar de forma eficiente previendo una negatividad en el ecosistema y peor aún si esta perdurara en el tiempo, ejemplos como lo ocurrido en Alaska en el año 1989 por Exxon Valdez y sin muy lejos lo ocurrido en Ecuador por la empresa Texaco (actualmente Chevron) entre 1964 y 1992,  son muestras de que una mala gestión ambiental puede traer repercusiones que pueden durar unos años.

No es descabellado decir que las comunidades, organismos, instituciones y empresarios, deben debatir el futuro de cualquier proyecto respecto al ambiente, eso generará en cualquier sociedad una cultura de participación y posterior revisión de la efectividad en el cumplimiento de las reglas establecidas.

No importa la entidad, organismos o comunidad la gestión ambiental debe empezar desde cada uno de los ciudadanos de este planeta y velar por el futuro de nuestro hijos es parte de nuestro presente.

Por: Luis Gomes, Director de PetroleoAmerica.com
Luis@petroleoamerica.com