Boris Gómez Úzqueda: “Hay que convocar a un Consejo Nacional de Energía e Hidrocarburos” @bguzqueda
La extrema importancia que la producción de hidrocarburos y energía adquieren día a día para el país mantiene un implícito debate sostenido en los medios. Una de las preocupaciones que forma parte de ese juego de ideas radica en el marco legal. Sobre este tema incidió especialmente el analista Boris Santos Gómez Úzqueda (BG) en la entrevista que brindó a EL NACIONAL (EN) este fin de semana.
EN.- ¿Qué necesidades considera urgentes para Tarija y Bolivia en el tema hidrocarburos a partir de acelerada la dinámica comercial y económica que vivimos?
BG.- Tarija debe exigir tratamiento de Ley de Hidrocarburos y de Electricidad. Desde 2005 y 1994, respectivamente, que no se tiene las importantes leyes económicas para Hidrocarburos y Electricidad que van a mover el negocio de la industria de gas, petróleo y electricidad en el país. Bolivia continúa funcionando en base a esquemas legislativos y regulatorios que están ya desfasados.
EN.- ¿Cómo encarar la temática?
BG.- Se sugiere que los senadores y diputados de Tarija, principal región productora de hidrocarburos, empujen y hagan un lobby intenso en el Poder Legislativo para que se trate, se delibere y se apruebe una Ley de Hidrocarburos y una Ley de Electricidad.
EN.- ¿Para qué se necesitan esos instrumentos legales?
BG.- El marco regulatorio es importante para la nueva visión de país exportador de valor agregado que puede ser Bolivia en el período 2015-2020. Si requerimos que el país atraiga inversión en upstream y downstream, es decir, exploración, producción, refino y transporte de gas y petróleo, es importante que el Parlamento señale las reglas claras a través de una Ley de Hidrocarburos. Y para modernizar el sector de generación, distribución y transmisión eléctrica se requiere una Ley de Electricidad.
Esa arquitectura legal debe ir acompañada de estabilidad política, apertura a inversiones extranjeras en el sector y fundamentalmente para relanzar a Bolivia como centro energético del Cono Sur.
EN.- ¿Cómo está el escenario de producción de gas y petróleo actualmente?
BG.- Infortunadamente no se superó la barrera de 55 millones de metros cúbicos de gas por día ni de los 60.000 barriles diarios de petróleo. Una Ley va a atraer inversionistas para mejorar la exploración intensiva del territorio, la producción de gas y líquidos, mejorar las condiciones de refino, de transporte, reducir la importación de diesel y evitar huecos financieros por subvenciones a combustibles. Pero para ello urge acelerar alianzas de riesgo compartido con compañías que quieran bloques exploratorios para certificación de nuevos reservorios.
Tomará tiempo, pero se reencauzará al país a la senda de la que nunca debió haber salido: centro energético continental. Hay que evaluar nuestra capacidad de reservas, nuestros volúmenes de exportación y la posibilidad de industrialización.
EN.- ¿Cómo cree que se debe avanzar específicamente en el tema de la industrialización?
BG.- Un proceso serio de agregación de valor (industrialización) de gas a escala no será posible sin alianzas con multinacionales que corran riesgos conjuntos con el Estado boliviano, que garanticen mercados, que traigan tecnología y dinero. Que permitan ser suplidores continentales de combustibles, de electricidad, de plásticos, de gas y de otro valor agregado.
EN.- ¿Cómo califica la construcción de las separadoras de líquidos, la planta de urea y amoniaco o la prevista para la producción de etilenos?
BG: Toda iniciativa en modernizar y construir nueva infraestructura energética en el país es bienvenida, por supuesto que la infraestructura en gas, petróleo, electricidad, gas-química, debe planificarse y ejecutarse en el marco de una previamente definida Nueva Política Energética (NPE) que sea deliberada, consensuada y construida para los próximos 25 años.
Toda infraestructura desde nuevas plantas de refino, gasoductos, oleoductos, plantas de generación eléctrica (termoeléctricas) e hidroeléctricas deben ser construidas, como cualquier proyecto, priorizando el mercado y el desarrollo interno y “encadenando” esos proyectos a mercados externos que garanticen flujo de capitales, no sólo para el re-pago o recuperación de costos de las obras, sino para hacer de Bolivia esa frase que aún es retórica: Bolivia centro de distribución energética del Cono Sur, priorizando mercados como el Mercosur, Chile, Brasil.
EN.- ¿Qué articulados específicos habría que introducir en especial para evitar que esta nuevas Leyes beneficien a las transnacionales antes que a Bolivia?
BG: No olvidemos que conceptualmente hablando el negocio de la energía (gas, petróleo, electricidad, valor agregado, etc) son globales.
Vale decir que necesitamos, de manera insoslayable, de capitales externos que ayuden al Estado boliviano en cualquier emprendimiento de este tipo. Por ejemplo para ejecutar la industrialización o agregación de valor al gas se necesitan capitales, tecnología y recursos humanos extranjeros que junto a bolivianos logremos dar el salto al futuro despojado de toda noción chauvinista y ultranacionalista.
Ejemplos claros del éxito de la industria energética en el mundo, y de países que han triunfado con la industria de hidrocarburos, son Qatar, Emiratos Arabes Unidos, Arabia Saudita y otros que han logrado una combinación perfecta entre estado-transnacionales.
Sin ir lejos veamos a México que acaba de reformar su Constitución para generar exitosas alianzas o PPP que se llaman en el mundo de negocios (public-private-partnerships) alianzas público-privadas para la industria de hidrocarburos.
Creo que en una Bolivia democrática pensar en alianzas con corporaciones multinacionales es perfectamente posible dado que lo que queremos aquí es generar riqueza, generar ingresos al estado, reducir y superar la pobreza y fundamentalmente tener una Bolivia con más exploración, más producción, mas refino y mas comercialización y fundamentalmente arrancar la agregación de valor (o industrialización).
EN.- ¿Estas leyes también permitirán consolidar el cambio de matriz energética y el pleno abastecimiento para todo el país?
BG: Por supuesto que sí. Es importante saber que la matriz económica boliviana son los ingresos por hidrocarburos: el gas concretamente. Entonces es una obviedad que el Estado provea de legislación moderna para que éste negocio, ésta industria florezca. Los bolivianos podemos dar el salto definitivo de romper el ciclo de la mono-exportación de materia prima a ser un país agregador de valor. Ello va a permitir mayor consolidación de la industria nacional y la atracción de capitales al país. Volvamos al ejemplo de Kuwait, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, son países que con apertura en negocios en hidrocarburos han atraído inversiones en otras áreas: construcciones, medicina, tecnología. Se han convertido en países competitivos, las mayores universidades del mundo han instalado campus de entrenamiento académico ejecutivo en esos países y han coadyuvado a elevar el nivel de formación técnica, académica y ejecutiva de los ciudadanos. La industria de la energía mueve toda la cadena de negocios adyacentes.
Por ello es definitivamente importante que pensemos con mentalidad competitiva, ganadora, positiva, proactiva, democrática y caminando en ésta era de la nueva tecnología, dejando de lado odios y rencores y empezando con convocar a un Consejo Nacional de Energía e Hidrocarburos integrado por universidades, analistas, sectores sociales, expertos, ejecutivos, que asesoren en la construcción de esa NPE.
PERFIL
Boris Santos Gómez Úzqueda es Máster en Administración de Empresas con estudios en el sector y experiencia en hidrocarburos. Recibió la medalla de Oro y Mención de Honor del Ministro de Educación de Paraguay por sus aportes a la integración Latinoamericana. Es profesor de Maestrías en energía e hidrocarburos y consultor del sector privado.
EN.- ¿Qué necesidades considera urgentes para Tarija y Bolivia en el tema hidrocarburos a partir de acelerada la dinámica comercial y económica que vivimos?
BG.- Tarija debe exigir tratamiento de Ley de Hidrocarburos y de Electricidad. Desde 2005 y 1994, respectivamente, que no se tiene las importantes leyes económicas para Hidrocarburos y Electricidad que van a mover el negocio de la industria de gas, petróleo y electricidad en el país. Bolivia continúa funcionando en base a esquemas legislativos y regulatorios que están ya desfasados.
EN.- ¿Cómo encarar la temática?
BG.- Se sugiere que los senadores y diputados de Tarija, principal región productora de hidrocarburos, empujen y hagan un lobby intenso en el Poder Legislativo para que se trate, se delibere y se apruebe una Ley de Hidrocarburos y una Ley de Electricidad.
EN.- ¿Para qué se necesitan esos instrumentos legales?
BG.- El marco regulatorio es importante para la nueva visión de país exportador de valor agregado que puede ser Bolivia en el período 2015-2020. Si requerimos que el país atraiga inversión en upstream y downstream, es decir, exploración, producción, refino y transporte de gas y petróleo, es importante que el Parlamento señale las reglas claras a través de una Ley de Hidrocarburos. Y para modernizar el sector de generación, distribución y transmisión eléctrica se requiere una Ley de Electricidad.
Esa arquitectura legal debe ir acompañada de estabilidad política, apertura a inversiones extranjeras en el sector y fundamentalmente para relanzar a Bolivia como centro energético del Cono Sur.
EN.- ¿Cómo está el escenario de producción de gas y petróleo actualmente?
BG.- Infortunadamente no se superó la barrera de 55 millones de metros cúbicos de gas por día ni de los 60.000 barriles diarios de petróleo. Una Ley va a atraer inversionistas para mejorar la exploración intensiva del territorio, la producción de gas y líquidos, mejorar las condiciones de refino, de transporte, reducir la importación de diesel y evitar huecos financieros por subvenciones a combustibles. Pero para ello urge acelerar alianzas de riesgo compartido con compañías que quieran bloques exploratorios para certificación de nuevos reservorios.
Tomará tiempo, pero se reencauzará al país a la senda de la que nunca debió haber salido: centro energético continental. Hay que evaluar nuestra capacidad de reservas, nuestros volúmenes de exportación y la posibilidad de industrialización.
EN.- ¿Cómo cree que se debe avanzar específicamente en el tema de la industrialización?
BG.- Un proceso serio de agregación de valor (industrialización) de gas a escala no será posible sin alianzas con multinacionales que corran riesgos conjuntos con el Estado boliviano, que garanticen mercados, que traigan tecnología y dinero. Que permitan ser suplidores continentales de combustibles, de electricidad, de plásticos, de gas y de otro valor agregado.
EN.- ¿Cómo califica la construcción de las separadoras de líquidos, la planta de urea y amoniaco o la prevista para la producción de etilenos?
BG: Toda iniciativa en modernizar y construir nueva infraestructura energética en el país es bienvenida, por supuesto que la infraestructura en gas, petróleo, electricidad, gas-química, debe planificarse y ejecutarse en el marco de una previamente definida Nueva Política Energética (NPE) que sea deliberada, consensuada y construida para los próximos 25 años.
Toda infraestructura desde nuevas plantas de refino, gasoductos, oleoductos, plantas de generación eléctrica (termoeléctricas) e hidroeléctricas deben ser construidas, como cualquier proyecto, priorizando el mercado y el desarrollo interno y “encadenando” esos proyectos a mercados externos que garanticen flujo de capitales, no sólo para el re-pago o recuperación de costos de las obras, sino para hacer de Bolivia esa frase que aún es retórica: Bolivia centro de distribución energética del Cono Sur, priorizando mercados como el Mercosur, Chile, Brasil.
EN.- ¿Qué articulados específicos habría que introducir en especial para evitar que esta nuevas Leyes beneficien a las transnacionales antes que a Bolivia?
BG: No olvidemos que conceptualmente hablando el negocio de la energía (gas, petróleo, electricidad, valor agregado, etc) son globales.
Vale decir que necesitamos, de manera insoslayable, de capitales externos que ayuden al Estado boliviano en cualquier emprendimiento de este tipo. Por ejemplo para ejecutar la industrialización o agregación de valor al gas se necesitan capitales, tecnología y recursos humanos extranjeros que junto a bolivianos logremos dar el salto al futuro despojado de toda noción chauvinista y ultranacionalista.
Ejemplos claros del éxito de la industria energética en el mundo, y de países que han triunfado con la industria de hidrocarburos, son Qatar, Emiratos Arabes Unidos, Arabia Saudita y otros que han logrado una combinación perfecta entre estado-transnacionales.
Sin ir lejos veamos a México que acaba de reformar su Constitución para generar exitosas alianzas o PPP que se llaman en el mundo de negocios (public-private-partnerships) alianzas público-privadas para la industria de hidrocarburos.
Creo que en una Bolivia democrática pensar en alianzas con corporaciones multinacionales es perfectamente posible dado que lo que queremos aquí es generar riqueza, generar ingresos al estado, reducir y superar la pobreza y fundamentalmente tener una Bolivia con más exploración, más producción, mas refino y mas comercialización y fundamentalmente arrancar la agregación de valor (o industrialización).
EN.- ¿Estas leyes también permitirán consolidar el cambio de matriz energética y el pleno abastecimiento para todo el país?
BG: Por supuesto que sí. Es importante saber que la matriz económica boliviana son los ingresos por hidrocarburos: el gas concretamente. Entonces es una obviedad que el Estado provea de legislación moderna para que éste negocio, ésta industria florezca. Los bolivianos podemos dar el salto definitivo de romper el ciclo de la mono-exportación de materia prima a ser un país agregador de valor. Ello va a permitir mayor consolidación de la industria nacional y la atracción de capitales al país. Volvamos al ejemplo de Kuwait, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, son países que con apertura en negocios en hidrocarburos han atraído inversiones en otras áreas: construcciones, medicina, tecnología. Se han convertido en países competitivos, las mayores universidades del mundo han instalado campus de entrenamiento académico ejecutivo en esos países y han coadyuvado a elevar el nivel de formación técnica, académica y ejecutiva de los ciudadanos. La industria de la energía mueve toda la cadena de negocios adyacentes.
Por ello es definitivamente importante que pensemos con mentalidad competitiva, ganadora, positiva, proactiva, democrática y caminando en ésta era de la nueva tecnología, dejando de lado odios y rencores y empezando con convocar a un Consejo Nacional de Energía e Hidrocarburos integrado por universidades, analistas, sectores sociales, expertos, ejecutivos, que asesoren en la construcción de esa NPE.
PERFIL
Boris Santos Gómez Úzqueda es Máster en Administración de Empresas con estudios en el sector y experiencia en hidrocarburos. Recibió la medalla de Oro y Mención de Honor del Ministro de Educación de Paraguay por sus aportes a la integración Latinoamericana. Es profesor de Maestrías en energía e hidrocarburos y consultor del sector privado.
Boris Gómez Úzqueda: “Hay que convocar a un Consejo Nacional de Energía e Hidrocarburos” @bguzqueda
Reviewed by luis
on
10/03/2014
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