Estados Unidos, listo para exportar petróleo
Al tiempo que recorta drásticamente su dependencia de las importaciones, Estados Unidos se alista para exportar excedentes de petróleo de alta calidad y con los mejores precios en los mercados internacionales.
La ecuación que manejan los expertos es la de vender crudos livianos, cuyo precio se cotiza diez o más dólares por barril por encima del petróleo pesado, que es el tipo que en mayor volumen procesan actualmente sus refinerías.
Los argumentos para que el Congreso en Washington elimine la prohibición que existe desde hace 40 años para exportar petróleo, aunque ya existen algunas excepciones, provienen de distintas partes tanto privadas como públicas.
El primer paso en ese sentido, se ha venido dando en los últimos meses con las autorizaciones dadas por el gobierno para exportar gas natural licuado (LNG).
Ahora se encaminan hacia la liberación de las exportaciones de crudo, teniendo en cuenta varios aspectos: las reservas estratégicas están por encima del tope estipulado, la producción en yacimientos de esquisto está generando importantes cantidades de petróleo liviano, la estructura de procesamiento de las refinerías se transformó a lo largo de los últimos años para cargar crudos pesados, el consumo de combustibles se ha reducido y, principalmente, la economía estadounidense necesita fortalecerse y abrir más puestos de trabajo.
Si se levantan las restricciones, señala el Instituto Aspen de Colorado, en conjunto con la Asociación Nacional de la Industria Manufacturera, y la Universidad de Maryland, el sector petrolero y la construcción generaran por lo menos 80 mil puestos nuevos de trabajo, por año, de aquí al 2019.
La producción nacional de petróleo ya está en los 8,4 millones de barriles por día y se estima que se ubicara por encima de los 9 millones el año entrante, casi el doble de hace un quinquenio, siendo la más alta de los últimos 30 años. Entre tanto, las importaciones se han reducido en cerca de 2 millones de barriles por día. Así las cosas, la dependencia de los suministros de crudo internacional ha caído a un 30 por ciento, frente a más del 60 por ciento de hace apenas una década.
BAJAR LAS RESERVAS NO AFECTA
Según la Oficina de Fiscalización del Gobierno, adscrita al Congreso, tampoco se requiere tener tanto crudo en reserva, más de 700 millones de barriles, por encima de lo recomendado y con un alto costo de mantenimiento. Señala este organismo que soltar las exportaciones no afectará los precios de la gasolina para consumo interno, que dadas las expectativas, se espera que seguirán bajando, al igual que el precio internacional del crudo, cuyo pronóstico lo coloca en US$70 el barril para el año entrante.
De esa forma, se señala, es mejor negocio seguir cargando con petróleo pesado las refinerías locales, más barato, como el proveniente de México, Canadá y Venezuela, y vender el liviano a mejor precio. De manera restringida, hoy se exporta crudo de Alaska y California, en volúmenes cercanos a los 400 mil barriles por día, pues no es económico llevarlos a las refinerías del Golfo de México. Para confirmar la inminente apertura, se conoce que ya se ha dado recientemente la primera autorización para la exportación de petróleo condensado. Entrar en firme a exportar es una contribución extra de Estados Unidos a mantener hacia la baja el precio internacional del crudo, mermando de carambola la influencia de la OPEP sobre el mercado del producto.
Germán Duque
La ecuación que manejan los expertos es la de vender crudos livianos, cuyo precio se cotiza diez o más dólares por barril por encima del petróleo pesado, que es el tipo que en mayor volumen procesan actualmente sus refinerías.
Los argumentos para que el Congreso en Washington elimine la prohibición que existe desde hace 40 años para exportar petróleo, aunque ya existen algunas excepciones, provienen de distintas partes tanto privadas como públicas.
El primer paso en ese sentido, se ha venido dando en los últimos meses con las autorizaciones dadas por el gobierno para exportar gas natural licuado (LNG).
Ahora se encaminan hacia la liberación de las exportaciones de crudo, teniendo en cuenta varios aspectos: las reservas estratégicas están por encima del tope estipulado, la producción en yacimientos de esquisto está generando importantes cantidades de petróleo liviano, la estructura de procesamiento de las refinerías se transformó a lo largo de los últimos años para cargar crudos pesados, el consumo de combustibles se ha reducido y, principalmente, la economía estadounidense necesita fortalecerse y abrir más puestos de trabajo.
Si se levantan las restricciones, señala el Instituto Aspen de Colorado, en conjunto con la Asociación Nacional de la Industria Manufacturera, y la Universidad de Maryland, el sector petrolero y la construcción generaran por lo menos 80 mil puestos nuevos de trabajo, por año, de aquí al 2019.
La producción nacional de petróleo ya está en los 8,4 millones de barriles por día y se estima que se ubicara por encima de los 9 millones el año entrante, casi el doble de hace un quinquenio, siendo la más alta de los últimos 30 años. Entre tanto, las importaciones se han reducido en cerca de 2 millones de barriles por día. Así las cosas, la dependencia de los suministros de crudo internacional ha caído a un 30 por ciento, frente a más del 60 por ciento de hace apenas una década.
BAJAR LAS RESERVAS NO AFECTA
Según la Oficina de Fiscalización del Gobierno, adscrita al Congreso, tampoco se requiere tener tanto crudo en reserva, más de 700 millones de barriles, por encima de lo recomendado y con un alto costo de mantenimiento. Señala este organismo que soltar las exportaciones no afectará los precios de la gasolina para consumo interno, que dadas las expectativas, se espera que seguirán bajando, al igual que el precio internacional del crudo, cuyo pronóstico lo coloca en US$70 el barril para el año entrante.
De esa forma, se señala, es mejor negocio seguir cargando con petróleo pesado las refinerías locales, más barato, como el proveniente de México, Canadá y Venezuela, y vender el liviano a mejor precio. De manera restringida, hoy se exporta crudo de Alaska y California, en volúmenes cercanos a los 400 mil barriles por día, pues no es económico llevarlos a las refinerías del Golfo de México. Para confirmar la inminente apertura, se conoce que ya se ha dado recientemente la primera autorización para la exportación de petróleo condensado. Entrar en firme a exportar es una contribución extra de Estados Unidos a mantener hacia la baja el precio internacional del crudo, mermando de carambola la influencia de la OPEP sobre el mercado del producto.
Germán Duque
Estados Unidos, listo para exportar petróleo
Reviewed by luis
on
10/25/2014
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