Las consecuencias de la caída del petróleo para los productores de Latinoamérica
Universia Knowledge Wharton. El petróleo ha saltado a las primeras páginas de los principales periódicos económicos del mundo. El culpable de este protagonismo ha sido la fuerte caída de los precios durante los últimos meses. En concreto, el crudo de tipo Brent se ha situado por debajo de los US$80 el barril, marcando mínimos de los últimos cuatro años. Y es que desde el pasado mes de junio su cotización ha descendido cerca de 30%. El tipo West Texas, por su parte, se ha situado por debajo de los US$75 después de retroceder en lo que va de año 24%. Estos dos tipos de petróleo son las referencias más seguidas a nivel mundial y los que marcan la tendencia del mercado.
Los analistas consideran que esta brusca caída se ha producido por el exceso de oferta que existe en estos momentos en el mercado. El rápido ascenso de la producción de petróleo no convencional (conocido como shale oil) en Estados Unidos ha elevado la oferta global y empujado los precios a la baja. Pero, tal y como reconocen los expertos del sector, la sobreoferta también proviene de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), con Libia recuperando los niveles de producción previos a la caída de Gadafi, un aumento de producción que también se está produciendo poco a poco en otros miembros como Irak o Nigeria.
Una de las regiones del planeta que más puede verse expuesta al descenso de los precios del petróleo es Latinoamérica, donde existen importantes países productores cuyas economías están íntimamente relacionadas con la evolución del mercado internacional de crudo. De acuerdo con las últimas estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía (International Energy Agency, IEA), Venezuela es el noveno productor de esta materia prima del mundo, México es el décimo, Brasil el duodécimo, Colombia el vigésimo, Argentina el vigésimo sexto y Ecuador el trigésimo.
Germán Alarco Tosoni, profesor de la Escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico de Lima, en Perú, advierte de que la caída de los precios del petróleo afectará a las balanzas comerciales y las finanzas públicas de los países latinoamericanos que son exportadores netos, como Venezuela, Colombia, México y Ecuador. “Es también una llamada de atención para estos países, para que vayan ajustando sus modelos económicos procurando una mayor diversificación productiva”, añade.
La producción petrolera de Venezuela ha caído en los últimos meses, según la OPEP, hasta situarse en torno a 2.776.000 de barriles diarios (bd). La de México se mueve en unas cifras muy similares, la de Brasil es de unos 2.633.000 bd, la de Colombia estaría entorno a 1.000.000 bd, la de Argentina en 796.300 bd y la de Ecuador en unos 485.700 bd (las cifras de estos últimos países son estimaciones de la IEA).
Venezuela en el punto de mira. Los ojos de todos los analistas están puestos inevitablemente en Venezuela, no sólo porque se trata del mayor productor de la región, sino también porque el gobierno populista del presidente Nicolás Maduro podría verse afectado por el descenso de ingresos que sufrirá el Estado con la caída de los precios del crudo, lo cual podría afectar, entre otras cosas, a los programas sociales. El gobierno ya se encuentra actualmente muy presionado por el desabastecimiento de productos de primera necesidad en los mercados, una inflación galopante y un débil desempeño de la economía.
Según Luis Oliveros, profesor de postgrado de Economía Petrolera en la Universidad Metropolitana de Caracas, “obviamente Venezuela es el país latinoamericano donde más se notará el impacto del descenso de los precios del barril”. Al igual que en las ocasiones anteriores en que ha caído el precio del petróleo, dice, “este país no se ha preparado para la llegada de las llamadas ‘vacas flacas’. Un ejemplo: en 1998 producíamos 3,3 millones de bd y teníamos el 15% de las reservas internacionales de la OPEP, hoy estamos produciendo 2,8 millones de bd y tenemos el 1% de las reservas. 500.000 bd que otros países se repartieron para producir”. Y añade: “En Venezuela estamos convencidos de que nunca fuimos tan insignificantes en materia petrolera y tan dependientes de su precio”.
Francisco J. Monaldi, profesor titular del Centro Internacional de Energía y Ambiente del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) y profesor de la Harvard Kennedy School, opina que los países que son exportadores netos como Venezuela, Colombia, México y Ecuador se verán afectados tanto en sus balanzas de pago como en sus ingresos fiscales. Y de entre todos ellos, asegura que Venezuela será el que peor lo pasará: “Este país tenía ya déficit fiscales altísimos (de entre 15 y 20% del Producto Interior Bruto, PIB) con los precios del petróleo más altos de la historia, de manera que es el que va a tener mayores problemas, sin duda. El 96% de sus exportaciones son petroleras y más del 60% de los ingresos del Estado dependen del crudo”.
El daño económico para el país que supone el abaratamiento del conocido como “oro negro” podría tener consecuencias políticas, aunque los expertos no se atreven a aventurar qué es lo que pasará en un futuro más o menos próximo. “Yo no creo que los actuales movimientos en el mercado de petróleo pongan en riesgo al actual gobierno de Nicolás Maduro. Aunque, obviamente lo obligarán a ser más austero”, afirma Alarco Tosoni.
Oliveros cree que los actuales precios del crudo “suman problemas y dudas” a la gestión de Maduro. “La inacción en materia económica ha sido una constante en su gobierno y, al parecer, llegó el momento de hacer ajustes. Sus problemas son su bajo nivel de popularidad, el no haber aprovechado que este año no había ningún evento electoral (el año que viene tendremos elecciones a la Asamblea Nacional), y el estar atado al legado ideológico de Hugo Chávez [su predecesor], que le resta margen de maniobra. La situación económica podría empeorar el ya complicado clima político que vive el país”, apunta.
Por su parte, Monaldi opina que “el gobierno de Maduro viene perdiendo rápidamente popularidad y si el precio sigue bajando, esa caída continuará. La situación es muy complicada. Si no fuera por el control institucional que tiene, estaría de salida, pero no es fácil saber cómo terminara un régimen semi-autoritario”. Hay que recordar que el opositor político Leopoldo López se encuentra encarcelado desde febrero por ser supuestamente al autor intelectual de una ola de disturbios contra el Gobierno.
Las consecuencias para las otras economías. En cuanto al resto de países latinoamericanos, Monaldi cree que “Brasil y Argentina se ven menos afectados por el descenso de los precios del petróleo porque al no ser exportadores netos no tiene mayores efectos sobre sus balanza de pagos o ingresos fiscales”. Sin embargo, avisa de que “ambos están tratando de atraer inversiones en petróleo y gas, lo que pudiera tener efectos negativos en ese sentido”.
Oliveros coincide con la lectura de su colega e indica que “en Brasil podrían verse afectados los proyectos más alejados de la costa, los cuales tienen unos costes marginales de producción elevados”. Respecto a Argentina, cree que “al ser importador neto de crudo, la bajada del precio representará un ahorro, aunque advierte de que pone en riesgo la posible explotación del gran yacimiento vaca muerta (shale oil)”.
México, el segundo mayor productor de la región tras Venezuela, “a pesar de no ser dependiente de las exportaciones petroleras, sufrirá un impacto fiscal relevante porque todavía casi un tercio de sus ingresos fiscales provienen del petróleo”, según Monaldi, quien también cree que la línea descendente de la cotización de esta materia prima “puede afectar ligeramente el éxito de la reforma petrolera al hacer menos atractivas algunas inversiones”. Oliveros, sin embargo, es más optimista respecto a la situación de este país y destaca que “cuenta con instrumentos de cobertura para hacer frente a los efectos adversos de la bajada de los precios”.
Respecto a Colombia, Oliveros estima que “perderá ingresos en divisas, lo cual pondrá presión a su moneda”. Sin embargo, cree que “la economía colombiana luce sólida y tal vez esa presión en la tasa de cambio podría generar un repunte en las exportaciones no petroleras”. Para Monaldi, Colombia está mejor preparada para afrontar la situación que Venezuela “porque, aunque es dependiente del petróleo, ha sido relativamente cautelosa en el manejo macroeconómico, aunque de igual modo sufrirá algún impacto fiscal y de balance externo”.
Ecuador, el país con menos peso en el mercado petrolífero sudamericano, parece que también será el que menos afectado se verá por el descenso del crudo. “No es un actor importante en el mercado (está en la OPEP por capricho de Hugo Chávez). Su economía funciona bien, están dolarizados y hay pragmatismo en el manejo de las finanzas. El descenso les afectará, pero no en una gran dimensión”, augura Oliveros.
Las medidas a tomar. La pregunta de cara al futuro que sobrevuela a los productores latinoamericanos es cómo hacer frente a la actual situación del mercado. Los expertos parecen tener claro que una de las claves será la eficiencia de su producción, pero sin olvidarse de las reformas necesarias para que sus economías sean menos dependientes de una materia prima cuya cotización está a merced de los vientos del mercado mundial.
“Deben procurar mejorar la eficiencia de sus procesos productivos”, subraya Alarco Tosoni. “Deberán postergar y, en algunos casos, revisar la cartera de proyectos de inversión. Tienen que adelgazar sus empresas petroleras públicas sin reducir los niveles de producción”, añade.
Oliveros tiene clara la respuesta a la pregunta de qué hacer a partir de estos momentos: “Ahorrar y diversificar la economía, creando fondos de estabilización macroeconómica. Venezuela es el país más impactado porque es la economía de la región que más depende del petróleo”.
Fuente: Universia Knowledge Wharton
Los analistas consideran que esta brusca caída se ha producido por el exceso de oferta que existe en estos momentos en el mercado. El rápido ascenso de la producción de petróleo no convencional (conocido como shale oil) en Estados Unidos ha elevado la oferta global y empujado los precios a la baja. Pero, tal y como reconocen los expertos del sector, la sobreoferta también proviene de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), con Libia recuperando los niveles de producción previos a la caída de Gadafi, un aumento de producción que también se está produciendo poco a poco en otros miembros como Irak o Nigeria.
Una de las regiones del planeta que más puede verse expuesta al descenso de los precios del petróleo es Latinoamérica, donde existen importantes países productores cuyas economías están íntimamente relacionadas con la evolución del mercado internacional de crudo. De acuerdo con las últimas estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía (International Energy Agency, IEA), Venezuela es el noveno productor de esta materia prima del mundo, México es el décimo, Brasil el duodécimo, Colombia el vigésimo, Argentina el vigésimo sexto y Ecuador el trigésimo.
Germán Alarco Tosoni, profesor de la Escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico de Lima, en Perú, advierte de que la caída de los precios del petróleo afectará a las balanzas comerciales y las finanzas públicas de los países latinoamericanos que son exportadores netos, como Venezuela, Colombia, México y Ecuador. “Es también una llamada de atención para estos países, para que vayan ajustando sus modelos económicos procurando una mayor diversificación productiva”, añade.
La producción petrolera de Venezuela ha caído en los últimos meses, según la OPEP, hasta situarse en torno a 2.776.000 de barriles diarios (bd). La de México se mueve en unas cifras muy similares, la de Brasil es de unos 2.633.000 bd, la de Colombia estaría entorno a 1.000.000 bd, la de Argentina en 796.300 bd y la de Ecuador en unos 485.700 bd (las cifras de estos últimos países son estimaciones de la IEA).
Venezuela en el punto de mira. Los ojos de todos los analistas están puestos inevitablemente en Venezuela, no sólo porque se trata del mayor productor de la región, sino también porque el gobierno populista del presidente Nicolás Maduro podría verse afectado por el descenso de ingresos que sufrirá el Estado con la caída de los precios del crudo, lo cual podría afectar, entre otras cosas, a los programas sociales. El gobierno ya se encuentra actualmente muy presionado por el desabastecimiento de productos de primera necesidad en los mercados, una inflación galopante y un débil desempeño de la economía.
Según Luis Oliveros, profesor de postgrado de Economía Petrolera en la Universidad Metropolitana de Caracas, “obviamente Venezuela es el país latinoamericano donde más se notará el impacto del descenso de los precios del barril”. Al igual que en las ocasiones anteriores en que ha caído el precio del petróleo, dice, “este país no se ha preparado para la llegada de las llamadas ‘vacas flacas’. Un ejemplo: en 1998 producíamos 3,3 millones de bd y teníamos el 15% de las reservas internacionales de la OPEP, hoy estamos produciendo 2,8 millones de bd y tenemos el 1% de las reservas. 500.000 bd que otros países se repartieron para producir”. Y añade: “En Venezuela estamos convencidos de que nunca fuimos tan insignificantes en materia petrolera y tan dependientes de su precio”.
Francisco J. Monaldi, profesor titular del Centro Internacional de Energía y Ambiente del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) y profesor de la Harvard Kennedy School, opina que los países que son exportadores netos como Venezuela, Colombia, México y Ecuador se verán afectados tanto en sus balanzas de pago como en sus ingresos fiscales. Y de entre todos ellos, asegura que Venezuela será el que peor lo pasará: “Este país tenía ya déficit fiscales altísimos (de entre 15 y 20% del Producto Interior Bruto, PIB) con los precios del petróleo más altos de la historia, de manera que es el que va a tener mayores problemas, sin duda. El 96% de sus exportaciones son petroleras y más del 60% de los ingresos del Estado dependen del crudo”.
El daño económico para el país que supone el abaratamiento del conocido como “oro negro” podría tener consecuencias políticas, aunque los expertos no se atreven a aventurar qué es lo que pasará en un futuro más o menos próximo. “Yo no creo que los actuales movimientos en el mercado de petróleo pongan en riesgo al actual gobierno de Nicolás Maduro. Aunque, obviamente lo obligarán a ser más austero”, afirma Alarco Tosoni.
Oliveros cree que los actuales precios del crudo “suman problemas y dudas” a la gestión de Maduro. “La inacción en materia económica ha sido una constante en su gobierno y, al parecer, llegó el momento de hacer ajustes. Sus problemas son su bajo nivel de popularidad, el no haber aprovechado que este año no había ningún evento electoral (el año que viene tendremos elecciones a la Asamblea Nacional), y el estar atado al legado ideológico de Hugo Chávez [su predecesor], que le resta margen de maniobra. La situación económica podría empeorar el ya complicado clima político que vive el país”, apunta.
Por su parte, Monaldi opina que “el gobierno de Maduro viene perdiendo rápidamente popularidad y si el precio sigue bajando, esa caída continuará. La situación es muy complicada. Si no fuera por el control institucional que tiene, estaría de salida, pero no es fácil saber cómo terminara un régimen semi-autoritario”. Hay que recordar que el opositor político Leopoldo López se encuentra encarcelado desde febrero por ser supuestamente al autor intelectual de una ola de disturbios contra el Gobierno.
Las consecuencias para las otras economías. En cuanto al resto de países latinoamericanos, Monaldi cree que “Brasil y Argentina se ven menos afectados por el descenso de los precios del petróleo porque al no ser exportadores netos no tiene mayores efectos sobre sus balanza de pagos o ingresos fiscales”. Sin embargo, avisa de que “ambos están tratando de atraer inversiones en petróleo y gas, lo que pudiera tener efectos negativos en ese sentido”.
Oliveros coincide con la lectura de su colega e indica que “en Brasil podrían verse afectados los proyectos más alejados de la costa, los cuales tienen unos costes marginales de producción elevados”. Respecto a Argentina, cree que “al ser importador neto de crudo, la bajada del precio representará un ahorro, aunque advierte de que pone en riesgo la posible explotación del gran yacimiento vaca muerta (shale oil)”.
México, el segundo mayor productor de la región tras Venezuela, “a pesar de no ser dependiente de las exportaciones petroleras, sufrirá un impacto fiscal relevante porque todavía casi un tercio de sus ingresos fiscales provienen del petróleo”, según Monaldi, quien también cree que la línea descendente de la cotización de esta materia prima “puede afectar ligeramente el éxito de la reforma petrolera al hacer menos atractivas algunas inversiones”. Oliveros, sin embargo, es más optimista respecto a la situación de este país y destaca que “cuenta con instrumentos de cobertura para hacer frente a los efectos adversos de la bajada de los precios”.
Respecto a Colombia, Oliveros estima que “perderá ingresos en divisas, lo cual pondrá presión a su moneda”. Sin embargo, cree que “la economía colombiana luce sólida y tal vez esa presión en la tasa de cambio podría generar un repunte en las exportaciones no petroleras”. Para Monaldi, Colombia está mejor preparada para afrontar la situación que Venezuela “porque, aunque es dependiente del petróleo, ha sido relativamente cautelosa en el manejo macroeconómico, aunque de igual modo sufrirá algún impacto fiscal y de balance externo”.
Ecuador, el país con menos peso en el mercado petrolífero sudamericano, parece que también será el que menos afectado se verá por el descenso del crudo. “No es un actor importante en el mercado (está en la OPEP por capricho de Hugo Chávez). Su economía funciona bien, están dolarizados y hay pragmatismo en el manejo de las finanzas. El descenso les afectará, pero no en una gran dimensión”, augura Oliveros.
Las medidas a tomar. La pregunta de cara al futuro que sobrevuela a los productores latinoamericanos es cómo hacer frente a la actual situación del mercado. Los expertos parecen tener claro que una de las claves será la eficiencia de su producción, pero sin olvidarse de las reformas necesarias para que sus economías sean menos dependientes de una materia prima cuya cotización está a merced de los vientos del mercado mundial.
“Deben procurar mejorar la eficiencia de sus procesos productivos”, subraya Alarco Tosoni. “Deberán postergar y, en algunos casos, revisar la cartera de proyectos de inversión. Tienen que adelgazar sus empresas petroleras públicas sin reducir los niveles de producción”, añade.
Oliveros tiene clara la respuesta a la pregunta de qué hacer a partir de estos momentos: “Ahorrar y diversificar la economía, creando fondos de estabilización macroeconómica. Venezuela es el país más impactado porque es la economía de la región que más depende del petróleo”.
Fuente: Universia Knowledge Wharton
Las consecuencias de la caída del petróleo para los productores de Latinoamérica
Reviewed by luis
on
12/02/2014
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