Empresas petroleras en el país miran sus portafolios #especial

El Estado debe tomar la palabra en el destino de los proyectos, por ser un actor fundamenta

La caída de los precios del petróleo está poniendo a todas las compañías petroleras del mundo a echar números. El estrepitoso descenso de las cotizaciones ha hecho perder ya cerca de 55% el valor del hidrocarburo, poniendo en riesgo la viabilidad de proyectos en papel y de aquellos incipientes en terreno.

Venezuela no escapa de esa realidad. Pese a la discreción y al típico hermetismo del mundo petrolero, fuentes familiarizadas con el tema aseguran que las empresas transnacionales que operan en el país están oteando sus planes.

“Las firmas foráneas tendrán que hacer un estudio y revisión de sus portafolios de inversiones, y en función de sus rentabilidades y perspectivas futuras, tomar decisiones sobre cuánto van a desembolsar en nuevos planes o rediseñar sobre cronogramas de trabajo ya iniciados”, señala un consultado.

Las firmas extranjeras deberán proyectar en el tiempo si bajo la nueva estructura de precios del petróleo -que lucen bajos para los próximos años-, es posible mantenerse en esos proyectos sin ninguna alteración.

La respuesta tal vez podría ser no, si se tiene que el punto de equilibrio o breakeven de los proyectos de la Faja Petrolífera del Orinoco, superan los $60 por barril, y podrían llegar incluso a más de eso, revelan fuentes de la industria.

“Si te encuentras en un escenario de precios donde el Brent va a estar durante tres años a $50 el barril, cuyo período puede extenderse de tres a cinco años, tienes necesariamente que reconsiderar todas las economías de los negocios petroleros”, insistió el consultado.

Sin embargo, el Estado debe tomar la palabra por ser un actor fundamental, y convocar a sus socios minoritarios para determinar las condiciones que se requieren en toda la cadena de valor del negocio para que la inversión se mantenga y se materialice.

La preocupación en torno a una eventual paralización de proyectos petroleros en el país es importante.

Grandes firmas petroleras y de servicios han mostrado ya el mal rostro de lo duro que puede terminar siendo un proceso de reingeniería, revisión, cancelación, ralentización o reprogramación de los negocios, que han ocasionado despidos masivos de entre 6.000 a 9.000 empleados, en los últimos dos meses.

En letargo

La salida del expresidente de Petróleos de Venezuela y ex ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, resultó ser más que una estocada para las empresas extranjeras.

Fuentes familiarizadas con la industria aseguran que entre 2012 y 2013 se alcanzaron importantes logros que se suponían enderezarían no solo el negocio petrolero, sino que además a la economía en términos macroeconómicos.

Para la sazón “se concretaron fideicomisos de inversión, se aseguró la autonomía de las empresas mixtas, se iniciaron mejoras con la modificación de la Ley de Contribución Especial para las nuevas inversiones, se delegó a la empresas mixtas actividad de procura. Venias haciendo mejoras con el Sicad 2 para las inversiones petroleras. Sin embargo, todo se ralentizó”, indicó el analista, quien sostiene que a la inacción se sumó a la dramática baja de los precios del petróleo.

El especialista insiste en que un tema central que debe retomar protagonismo es el tema del control cambiario.

“El Sicad 2 no ha resuelto la distorsión en materia cambiaria a las transnacionales, las cuales deben seguir vendiendo a 6,3 bolívares por dólar, en medio de una inflación de ya casi tres dígitos”, indicó.

Las medidas a anunciar hoy por el presidente, Nicolás Maduro, son esperadas sin apasionamiento por el pragmático mundo petrolero.

Por:  Erika Hidalgo López
Fuente: elmundo.com.ve