“La Argentina petrolera, de pie ante una crisis mundial”
Las medidas adoptadas por la Argentina en los últimos años en materia energética, desde la recuperación de YPF hasta la modernización de Ley de Hidrocarburos, le permiten hoy al país hacer frente a una de las peores crisis que vive el sector en el mundo: la caída sostenida del precio del barril.
Hoy, la baja abrupta del precio del petróleo –que pasó de u$s 100 el barril a u$s 50 en pocos meses– ha cambiado el panorama de la industria a nivel mundial. Es una realidad que parece amenazar, o por lo menos poner en suspenso, el derrotero que había tomado la industria a nivel mundial con el auge del no convencional y otros proyectos de alto riesgo, impactando fuertemente en la actividad y en, su consecuencia más directa, el empleo.
En EE.UU. el número de equipos de perforación activos cayó de 1.931, en septiembre, cuando comenzó la baja del precio del crudo, a 1.358 en la última semana, es decir, una caída de casi el 30%. A su vez, desde Baker Hughes advirtieron que su proyección es que la cantidad de equipos bajará alrededor del 50%, por lo que se espera que la actividad siga bajando aún más.
Por otra parte, Wood Mackenzie proyecta que la perforación declinará de 37.000 pozos en 2014 a 27.000 en 2015. Se calcula que las inversiones en perforación y terminación de pozos en EE.UU. caerán de 140.000 millones de dólares a 90.000 millones este año. Según distintos analistas, a estos precios, solo unas pocas áreas de shale serán económicamente rentables, por lo que las inversiones de las distintas empresas caerán más de un 30% en promedio.
Chevron canceló sus planes de perforación en el Ártico, Conoco anunció ya una reducción de sus inversiones en un 20% y Exxon canceló sus planes en Rusia. El CEO de BP, Bob Dudley, declaró hace unas semanas que la empresa está analizando cuales proyectos son viables con un precio debajo de 60 dólares. Dijo también que BP podría cortar inversiones por 2000 millones en 2015.
En nuestra región la situación es similar o incluso más dramática: el número de equipos de perforación onshore disminuyó de 339 en julio de 2014 a 272 en enero. En Ecuador la baja fue del 46 por ciento, en Venezuela el 21, en Bolivia el 60, en Colombia el 18 y en México el 45 por ciento. Muchas de las compañías internacionales están demorando sus inversiones en América Latina. Incluso Pemex anunció importantes recortes en sus programas de inversión, lo mismo que PDVSA y Petroecuador.
Una de las consecuencias inmediatas de esta caída en la actividad petrolera es la pérdida de empleos. En reciente informe de Bloomberg se afirma que ya se han perdido más de 100.000 puestos de trabajo en el sector energético a escala global y que no hay una perspectiva inmediata de recuperación con el petróleo a 50 dólares. Con el petróleo a 100 dólares se crearon miles de puestos de trabajo que ahora están en peligro. Schulmberger anunció un recorte de 9.000 empleos; Baker Hughes, de 7.000; y Halliburton, de más de mil.
En este contexto, la Argentina, al ejercer un control regulado del precio del crudo, puede mantenerlo por encima del precio internacional. Esto es lo que hoy está sosteniendo la actividad y las inversiones en Vaca Muerta.
La medida hasta ahora ha dado sus frutos. Más allá de pequeñas excepciones de compañías extranjeras, en la Argentina todavía no hay evidencia de una desaceleración en la actividad. El número de equipos de perforación que operan en el país ha subido vigorosamente en los últimos tres años y se ha mantenido estable en los últimos meses. En la industria aún no se registran despidos; todo lo contrario, el empleo ha crecido en los últimos tres años, liderado por YPF, que aumentó un 60% los puestos de trabajo en las cinco provincias donde opera.
Sin embargo, no hay que olvidar que el petróleo es un commodity y, en este escenario, para poder mantener las inversiones y el empleo, es imprescindible apostar a la eficiencia y a la calidad en las operaciones, con el objetivo mejorar la productividad y seguir desarrollando nuestros recursos no convencionales.
Nuestro país ha decidido seguir con su objetivo estratégico de lograr el autoabastecimiento. Y hoy, más que nunca, sostener las condiciones que permitirán lograr este objetivo involucra necesariamente a todos los actores del sector petrolero: el Estado Nacional, las provincias, las empresas y los trabajadores.
Por Víctor Bronstein
Fuente: lmneuquen.com.ar
Hoy, la baja abrupta del precio del petróleo –que pasó de u$s 100 el barril a u$s 50 en pocos meses– ha cambiado el panorama de la industria a nivel mundial. Es una realidad que parece amenazar, o por lo menos poner en suspenso, el derrotero que había tomado la industria a nivel mundial con el auge del no convencional y otros proyectos de alto riesgo, impactando fuertemente en la actividad y en, su consecuencia más directa, el empleo.
En EE.UU. el número de equipos de perforación activos cayó de 1.931, en septiembre, cuando comenzó la baja del precio del crudo, a 1.358 en la última semana, es decir, una caída de casi el 30%. A su vez, desde Baker Hughes advirtieron que su proyección es que la cantidad de equipos bajará alrededor del 50%, por lo que se espera que la actividad siga bajando aún más.
Por otra parte, Wood Mackenzie proyecta que la perforación declinará de 37.000 pozos en 2014 a 27.000 en 2015. Se calcula que las inversiones en perforación y terminación de pozos en EE.UU. caerán de 140.000 millones de dólares a 90.000 millones este año. Según distintos analistas, a estos precios, solo unas pocas áreas de shale serán económicamente rentables, por lo que las inversiones de las distintas empresas caerán más de un 30% en promedio.
Chevron canceló sus planes de perforación en el Ártico, Conoco anunció ya una reducción de sus inversiones en un 20% y Exxon canceló sus planes en Rusia. El CEO de BP, Bob Dudley, declaró hace unas semanas que la empresa está analizando cuales proyectos son viables con un precio debajo de 60 dólares. Dijo también que BP podría cortar inversiones por 2000 millones en 2015.
En nuestra región la situación es similar o incluso más dramática: el número de equipos de perforación onshore disminuyó de 339 en julio de 2014 a 272 en enero. En Ecuador la baja fue del 46 por ciento, en Venezuela el 21, en Bolivia el 60, en Colombia el 18 y en México el 45 por ciento. Muchas de las compañías internacionales están demorando sus inversiones en América Latina. Incluso Pemex anunció importantes recortes en sus programas de inversión, lo mismo que PDVSA y Petroecuador.
Una de las consecuencias inmediatas de esta caída en la actividad petrolera es la pérdida de empleos. En reciente informe de Bloomberg se afirma que ya se han perdido más de 100.000 puestos de trabajo en el sector energético a escala global y que no hay una perspectiva inmediata de recuperación con el petróleo a 50 dólares. Con el petróleo a 100 dólares se crearon miles de puestos de trabajo que ahora están en peligro. Schulmberger anunció un recorte de 9.000 empleos; Baker Hughes, de 7.000; y Halliburton, de más de mil.
En este contexto, la Argentina, al ejercer un control regulado del precio del crudo, puede mantenerlo por encima del precio internacional. Esto es lo que hoy está sosteniendo la actividad y las inversiones en Vaca Muerta.
La medida hasta ahora ha dado sus frutos. Más allá de pequeñas excepciones de compañías extranjeras, en la Argentina todavía no hay evidencia de una desaceleración en la actividad. El número de equipos de perforación que operan en el país ha subido vigorosamente en los últimos tres años y se ha mantenido estable en los últimos meses. En la industria aún no se registran despidos; todo lo contrario, el empleo ha crecido en los últimos tres años, liderado por YPF, que aumentó un 60% los puestos de trabajo en las cinco provincias donde opera.
Sin embargo, no hay que olvidar que el petróleo es un commodity y, en este escenario, para poder mantener las inversiones y el empleo, es imprescindible apostar a la eficiencia y a la calidad en las operaciones, con el objetivo mejorar la productividad y seguir desarrollando nuestros recursos no convencionales.
Nuestro país ha decidido seguir con su objetivo estratégico de lograr el autoabastecimiento. Y hoy, más que nunca, sostener las condiciones que permitirán lograr este objetivo involucra necesariamente a todos los actores del sector petrolero: el Estado Nacional, las provincias, las empresas y los trabajadores.
Por Víctor Bronstein
Fuente: lmneuquen.com.ar
“La Argentina petrolera, de pie ante una crisis mundial”
Reviewed by Editor PA
on
2/26/2015
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