Ayudas estatales a sauditas: mejorar la riqueza @bguzqueda
No queda duda alguna de que Arabia Saudita es uno de los Estados más poderosos del mundo. La producción de petróleo les dio un privilegiado sitial en la economía global.
El recientemente nombrado rey decidió dar dinero a sus ciudadanos.
Arabia Saudita es un ejemplo de un excelente manejo de recursos generados por venta de recursos naturales.
Salman bin Abdulaziz Al Saud, nuevo rey de Arabia Saudita, en reemplazo del fallecido rey Abdullah, en “celebración” de su reciente coronación tomó la decisión de otorgar “ayudas financieras” a sus súbditos, según informa la prensa especializada del Golfo.
La información es clara: más de 32.000 millones de dólares serán entregados en “ayudas financieras” estatales a los ciudadanos, incluyendo un estipendio equivalente al salario básico de 2 meses para todos los empleados estatales, miembros de las Fuerzas Armadas, estudiantes y pensionistas jubilados; además de otras subvenciones a asociaciones profesionales, deportivas, sociales y otras del reino.
Muy interesante es recibir bonos cuando la economía del país es estable, de manera que la gente realmente utiliza esos bonos en gasto, y no como en Bolivia o Venezuela que, al no tener economías consolidadas, los bonos son –principalmente– destinados a cubrir deudas y necesidades, por ello es que los bonos en estas economías no son recomendables.
Vía Twitter el rey anunciaba: “Querido pueblo: ustedes merecen más y lo que yo haga no será suficiente para pagar lo que verdaderamente se merecen”, grandes palabras del monarca a su pueblo al que agasaja por su reciente asunción.
Las ayudas estatales llegarán a todos los segmentos de la sociedad que, no olvidemos, está formada por una fuerza laboral de aproximadamente 6 millones de personas de las cuales casi 3 millones son empleados/contratistas por el Estado saudita.
El sector privado saudita también dará ventajas o –llamémosle en términos latinoamericanos: bonos– a sus funcionarios y ejecutivos a tono con la generosidad del rey que, visto los números de Arabia, bien puede darse ese y muchos lujos más a favor de los ciudadanos del reino.
Ya empezaron los festejos adelantados de las bonificaciones anunciadas y miles de ciudadanos empezaron a gastar el dinero en cosas suntuarias. Lo bueno de ese reino es que tienen dinero para gastar. Su economía, sus índices de crecimiento, laborales y desarrollo humano están indiscutiblemente saludables, de manera que –reiteramos– esos bonos son para gastar y así mover la rueda de la economía interna. Contrariamente, los bonos latinoamericanos –de países rentistas como Bolivia o Venezuela– son útiles para los segmentos sociales más deprimidos, pero no tienen la utilidad que por ejemplo le dan en Arabia: gasto y mover la economía.
La política gubernamental saudita es muy nítida con relación a sus ciudadanos: no es la primera vez que les dan bonificaciones, sino que hacen todo lo posible para que el gobierno y sus instituciones funcionen “como reloj” de manera que los ciudadano/súbditos estén siempre contentos con los servicios recibidos garantizando así la lealtad al rey.
En una sociedad donde el gobierno atiende tan bien a los ciudadanos, donde los servicios públicos, seguridad, defensa, atención médica y escuelas funcionan los ciudadanos pueden considerarse contentos. No necesitan reclamar nada. No voy a entrar a especular sobre temas políticos o de libertades o derechos humanos, se entiende que el reino está invirtiendo fuertemente en sus ciudadanos y ellos están, en líneas generales, muy contentos.
Tales bonificaciones son bien recibidas por todos los segmentos sociales, dicho sea de paso.
En 2011, el entonces rey Abdullah invirtió (bonificó, regaló, otorgó) una cifra cercana a 35.000 millones de dólares de ayuda estatal social a todos los ciudadanos: ayudó a que los sauditas financien desde el pago de sus bodas, construcción de casas y emprendimientos de nuevos negocios.
Por muchos años esos regalos/bonos estatales pueden ser sostenibles en la poderosa economía de Arabia Saudita, cuyo principal ingreso es la venta de petróleo y con la suficiente visión y planificación en el gerenciamiento de su dinero que hoy tienen ahorrados cerca de 900.000 millones de dólares (invertidos, ahorrados y colocados en bancos de todo el globo).
No olvidemos, además, que podrían vivir el próximo lustro vendiendo a 20 dólares el barril/petróleo.
BORIS SANTOS GÓMEZ
MBA, consultor del sector privado, para conocer sus análisis síguelo en twitter: @bguzqueda
El recientemente nombrado rey decidió dar dinero a sus ciudadanos.
Arabia Saudita es un ejemplo de un excelente manejo de recursos generados por venta de recursos naturales.
Salman bin Abdulaziz Al Saud, nuevo rey de Arabia Saudita, en reemplazo del fallecido rey Abdullah, en “celebración” de su reciente coronación tomó la decisión de otorgar “ayudas financieras” a sus súbditos, según informa la prensa especializada del Golfo.
La información es clara: más de 32.000 millones de dólares serán entregados en “ayudas financieras” estatales a los ciudadanos, incluyendo un estipendio equivalente al salario básico de 2 meses para todos los empleados estatales, miembros de las Fuerzas Armadas, estudiantes y pensionistas jubilados; además de otras subvenciones a asociaciones profesionales, deportivas, sociales y otras del reino.
Muy interesante es recibir bonos cuando la economía del país es estable, de manera que la gente realmente utiliza esos bonos en gasto, y no como en Bolivia o Venezuela que, al no tener economías consolidadas, los bonos son –principalmente– destinados a cubrir deudas y necesidades, por ello es que los bonos en estas economías no son recomendables.
Vía Twitter el rey anunciaba: “Querido pueblo: ustedes merecen más y lo que yo haga no será suficiente para pagar lo que verdaderamente se merecen”, grandes palabras del monarca a su pueblo al que agasaja por su reciente asunción.
Las ayudas estatales llegarán a todos los segmentos de la sociedad que, no olvidemos, está formada por una fuerza laboral de aproximadamente 6 millones de personas de las cuales casi 3 millones son empleados/contratistas por el Estado saudita.
El sector privado saudita también dará ventajas o –llamémosle en términos latinoamericanos: bonos– a sus funcionarios y ejecutivos a tono con la generosidad del rey que, visto los números de Arabia, bien puede darse ese y muchos lujos más a favor de los ciudadanos del reino.
Ya empezaron los festejos adelantados de las bonificaciones anunciadas y miles de ciudadanos empezaron a gastar el dinero en cosas suntuarias. Lo bueno de ese reino es que tienen dinero para gastar. Su economía, sus índices de crecimiento, laborales y desarrollo humano están indiscutiblemente saludables, de manera que –reiteramos– esos bonos son para gastar y así mover la rueda de la economía interna. Contrariamente, los bonos latinoamericanos –de países rentistas como Bolivia o Venezuela– son útiles para los segmentos sociales más deprimidos, pero no tienen la utilidad que por ejemplo le dan en Arabia: gasto y mover la economía.
La política gubernamental saudita es muy nítida con relación a sus ciudadanos: no es la primera vez que les dan bonificaciones, sino que hacen todo lo posible para que el gobierno y sus instituciones funcionen “como reloj” de manera que los ciudadano/súbditos estén siempre contentos con los servicios recibidos garantizando así la lealtad al rey.
En una sociedad donde el gobierno atiende tan bien a los ciudadanos, donde los servicios públicos, seguridad, defensa, atención médica y escuelas funcionan los ciudadanos pueden considerarse contentos. No necesitan reclamar nada. No voy a entrar a especular sobre temas políticos o de libertades o derechos humanos, se entiende que el reino está invirtiendo fuertemente en sus ciudadanos y ellos están, en líneas generales, muy contentos.
Tales bonificaciones son bien recibidas por todos los segmentos sociales, dicho sea de paso.
En 2011, el entonces rey Abdullah invirtió (bonificó, regaló, otorgó) una cifra cercana a 35.000 millones de dólares de ayuda estatal social a todos los ciudadanos: ayudó a que los sauditas financien desde el pago de sus bodas, construcción de casas y emprendimientos de nuevos negocios.
Por muchos años esos regalos/bonos estatales pueden ser sostenibles en la poderosa economía de Arabia Saudita, cuyo principal ingreso es la venta de petróleo y con la suficiente visión y planificación en el gerenciamiento de su dinero que hoy tienen ahorrados cerca de 900.000 millones de dólares (invertidos, ahorrados y colocados en bancos de todo el globo).
No olvidemos, además, que podrían vivir el próximo lustro vendiendo a 20 dólares el barril/petróleo.
BORIS SANTOS GÓMEZ
MBA, consultor del sector privado, para conocer sus análisis síguelo en twitter: @bguzqueda
Ayudas estatales a sauditas: mejorar la riqueza @bguzqueda
Reviewed by Editor PA
on
3/09/2015
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