El control como modo de ser @DoubleplusUT
Si usted pregunta a cualquier venezolano si deben controlarse los precios de la gasolina, el dólar o cualquier bien, casi seguro le dirá que sí. La idea psicótica del control domina el imaginario social. Esto hará quizá muy felices a los chamuscados marxistas criollos, aunque no impedirá que fracasen siempre, precisamente por su hambruna mental. La mala noticia es que sus contrarios han resultado iguales. Nos referimos, por supuesto, a los liberales criollos. Marxistas y liberales son una prueba viviente de “diferencia en la identidad”. Al igual que dos puntos en el plano, son idénticos y se distinguen solo por la posición que ocupan en el papel. Unos a la izquierda y otros a la derecha, sin que esto signifique nada sustancial. Ambos quieren control: eso sí, “su” control. Veamos.
¿Cuál es la diferencia entre creer que el Estado va a ser capaz de controlar la economía y esta dará la felicidad social y creer que es el Mercado el que va a hacerlo? ¿Cómo no ver en el fondo el mismo determinismo sin base? ¿Cuál determinismo? Pues el que considera que la economía es el centro de todo y a partir de ella se articula el resto de lo social. Comience usted por evaluar los nombres con que postulan sus respectivos credos: capitalismo y socialismo. ¿A qué atienden ambos términos, en qué se centran? ¿No es acaso en lo económico? ¿Cómo no ver que es el mismo supuesto con diferente signo? ¿Y por qué ambos llegaron a la misma conclusión? ¿Y dónde dejaron a la democracia?
Como si faltaran ejemplos, ahora los liberales criollos, desesperados ante el desastre económico en que el régimen hunde a todos, en un ejercicio de vendaje de ojos, deciden proponer que el país renuncie a la política monetaria y decrete la dolarización. ¿Qué propondrán cuando el inepto muestre que tampoco puede manejar la política fiscal y lo demás? ¿Qué vengan los marines? Pero señores, ¿acaso no sería lo correcto terminar con este régimen y superar para siempre el populismo-caudillismo-autoritarismo? ¿Por qué no se proponen más bien un país de verdad? ¿Qué quieren decirnos? ¿Qué se conformarían con éste régimen si es que la economía “les” funcionara? ¿Qué clase de liberales tenemos aquí? ¿Liberales ansiosos por amarrarse a un palo?
Es una desgracia especialmente para los verdaderos liberales, porque estos, como se sabe, aparecieron en la historia antes que el marxismo. Entonces, ¿cómo se dejaron quitar el almuerzo? Pero así es la historia: paradójica y difícil. Por eso, porque el liberal-marxismo se ha vuelto incapaz, decididamente pensamos que la tarea pendiente sigue siendo volver a pensar la economía política, sus supuestos y sus verdaderas relaciones con la libertad y la democracia. Es lo que liberales y marxistas valientes tendrían que hacer; pero, preguntemos: ¿los hay?
¿Cuál es la diferencia entre creer que el Estado va a ser capaz de controlar la economía y esta dará la felicidad social y creer que es el Mercado el que va a hacerlo? ¿Cómo no ver en el fondo el mismo determinismo sin base? ¿Cuál determinismo? Pues el que considera que la economía es el centro de todo y a partir de ella se articula el resto de lo social. Comience usted por evaluar los nombres con que postulan sus respectivos credos: capitalismo y socialismo. ¿A qué atienden ambos términos, en qué se centran? ¿No es acaso en lo económico? ¿Cómo no ver que es el mismo supuesto con diferente signo? ¿Y por qué ambos llegaron a la misma conclusión? ¿Y dónde dejaron a la democracia?
Como si faltaran ejemplos, ahora los liberales criollos, desesperados ante el desastre económico en que el régimen hunde a todos, en un ejercicio de vendaje de ojos, deciden proponer que el país renuncie a la política monetaria y decrete la dolarización. ¿Qué propondrán cuando el inepto muestre que tampoco puede manejar la política fiscal y lo demás? ¿Qué vengan los marines? Pero señores, ¿acaso no sería lo correcto terminar con este régimen y superar para siempre el populismo-caudillismo-autoritarismo? ¿Por qué no se proponen más bien un país de verdad? ¿Qué quieren decirnos? ¿Qué se conformarían con éste régimen si es que la economía “les” funcionara? ¿Qué clase de liberales tenemos aquí? ¿Liberales ansiosos por amarrarse a un palo?
Es una desgracia especialmente para los verdaderos liberales, porque estos, como se sabe, aparecieron en la historia antes que el marxismo. Entonces, ¿cómo se dejaron quitar el almuerzo? Pero así es la historia: paradójica y difícil. Por eso, porque el liberal-marxismo se ha vuelto incapaz, decididamente pensamos que la tarea pendiente sigue siendo volver a pensar la economía política, sus supuestos y sus verdaderas relaciones con la libertad y la democracia. Es lo que liberales y marxistas valientes tendrían que hacer; pero, preguntemos: ¿los hay?
El control como modo de ser @DoubleplusUT
Reviewed by luis
on
6/21/2015
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