Crece la deuda latinoamericana a China @bguzqueda
El caso que siempre nos llama la atención es Venezuela, que –de acuerdo con análisis independientes– a estas alturas le debe a China desde 2007 más de 54.000 millones de dólares (escrito con ceros: 54.000.000.000) de una deuda mayor. Casi la mitad de ese préstamo se pagó mediante el envío de barriles de petróleo, según el diario venezolano El Nacional.
El mal manejo de las finanzas públicas venezolanas y su iliquidez, además de la baja cotización del barril de petróleo ponen en jaque a nuestra bella Venezuela. Lo mismo ocurre en Bolivia: el gas natural está a un precio muy por debajo de lo esperado (dado que su precio está “casado” al precio del petróleo). Ergo: ambas naciones –acostumbradas a una década de gasto de parte de sus administraciones de Gobierno– tienen menos dinero para gastar. Y en la desesperación, buscan acuerdos que no son los mejores para el país.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció recientemente –desde China– que recibió un nuevo préstamo de 5.000 millones de dólares.
Como el petróleo está a precios muy bajos (46 dólares el barril de WTI y 50 el BRENT), Venezuela está obligada a entregar más volumen de petróleo a cambio del dinero que recibe de China. Naturalmente, los chinos salen ganando de ésta operación: tendrán más petróleo para mover su pesada industria a cambio de, por así decirlo, pocos dólares.
Nunca antes un país –y menos un gigante como China– tuvo a su entera disposición petróleo barato a tan grandes cantidades.
Acuerdos absurdos
Hay acuerdos suscritos entre Venezuela y China para “planes conjuntos” por más de 10 años para “aumentar la producción petrolera venezolana”. Reiteramos: a cambio de menos dinero los chinos tendrán muchísimo petróleo. Inclusive están reservando petróleo para utilizarlo más adelante.
Entre esos “acuerdos” suscritos por ambos países destacan: “la producción de neumáticos en Venezuela, nuevas construcciones de viviendas y la instalación de una sede del Instituto Cultural Confucio para la enseñanza del idioma mandarín”, cosa absurda si se toma en cuenta lo que China se está llevando.
Caracas y Pekín mantienen un “Acuerdo Marco de Cooperación” desde 2001. Lo penoso del tema es, reitero, que China –que está en problemas de crecimiento– continuará recibiendo petróleo a gran escala y a bajo precio para seguir alimentando de energía su industria. Con ésta operación, un país latinoamericano debe soportar en sus espaldas el crecimiento de China.
Abastecimiento masivo
En palabras del propio jefe de Estado de Venezuela: "Se ha firmado un préstamo de 5.000 millones de dólares para elevar la producción petrolera de manera progresiva en los próximos meses". Para pagar eso, Venezuela envía a China entre 700.000 a 1 millón de barriles de petróleo por día.
Este tipo de contratos, de pactos y acuerdos que se hacen “a la rápida”, sin previa planificación, y que se suscriben por las apreturas financieras (falta de dinero) de Venezuela, no son las mejores. Están, diríamos, poniendo en riesgo otras inversiones y otros proyectos de valor agregado en Venezuela a cambio de la entrega de petróleo (barato) como (simple) materia prima.
No dejemos de lado un hecho técnico: la producción de petróleo venezolana está en punto muerto. Ni decrece ni crece. Cerca de 2,8 millones de barriles petróleo por día (bpd), otras fuentes indican que esa cifra no es real y que podría ser mucho menor. Cabe destacar que los equipos de exploración, de perforación, refinamiento y transporte no son de última generación; están tecnológicamente rezagados y que adicionalmente hay pérdidas y costos laterales por producir en condiciones que no son las más óptimas. La industria tiene que renovarse periódicamente para mejorar cotas de producción a menores precios.
La recesión, inflación y escasez de productos básicos que sufre Venezuela, además de la ausencia de democracia han destrozado las finanzas públicas y se requerirá una ingeniería política muy precisa para reconstruir su matriz productora de petróleo. Primero, diversificar su industria, producir petróleo para derivados (productos plásticos y combustibles), y después, mejorar las condiciones de contratos con compradores. Todo ello –obviamente– en un nuevo marco de democracia.
La gran contradicción de la historia: Venezuela es quizá el país más grande del mundo en potenciales negocios relacionados a la producción de petróleo, podría ser más grande y rica que Arabia Saudita y los países del Golfo Pérsico; pero mal administrada, Venezuela y Bolivia están hoy a la cola del desarrollo.
Por: BORIS SANTOS GÓMEZ
Consultor del sector privado, sigue sus análisis.
@bguzqueda
Crece la deuda latinoamericana a China @bguzqueda
Reviewed by luis
on
9/26/2015
Rating:
Reviewed by luis
on
9/26/2015
Rating:
