Las petroleras pierden 250.000 millones con la caída del crudo.
El desplome del barril de petróleo de 115 a 30 dólares en el último año y medio ha evaporado ya 250.000 millones del valor en Bolsa de las grandes petroleras europeas. Esta cifra equivale a aproximadamente una cuarta parte del PIB de España. El precio del crudo retomó ayer su desplome con caídas superiores al 5%, que lo sitúan en 30 dólares. La Opep, el cártel mundial de productores que lidera Arabia Saudí, hizo un nuevo llamamiento a potencias como EEUU o Rusia para que se "sienten a negociar" mecanismos para forzar al alza los precios.
La española Repsol es una de las compañías más perjudicadas por la caída del Brent. A pesar de que su tamaño es menor en comparación con otros gigantes europeos como ENI, Shell, Total y BP, la compañía que preside Antonio Brufau ha perdido un porcentaje mayor en Bolsa, del 51%, y su capitalización se ha reducido en 13.035 millones de euros desde junio de 2014.
No obstante, el valor de la empresa ha aumentado desde entonces si se suma el incremento del volumen de deuda que conllevó la compra de la compañía canadiense Talisman Energy en diciembre de 2014.En volumen, el grupo anglosajón Royal Dutch Shell es el que se lleva la peor parte con una pérdida bursátil de 73.141 millones de euros desde el segundo trimestre de 2014, cuando el petróleo alcanzaba picos de 115 dólares por barril. Este gigante mundial del oil&gas protagonizó el pasado mes de abril la mayor operación corporativa en el campo de la energía en la última década al anunciar su fusión con el grupo británico British Gas (BG), situándose como el tercer mayor operador del mundo con un valor en Bolsa superior a los 200.000 millones de euros.
Hoy la empresa vale 118.458 millones. La sangría en el sector se extiende también a la italiana ENI, con una pérdida de 25.601 millones, la francesa Total, 30.317 millones; la noruega Statoil, 35.513 millones; la británica BP, 33.919 millones, o las rusas Lukoil y Rostnf, con depreciaciones de 9.760 y 25.759 millones, respectivamente.
En este escenario, el sector ha ido anunciando en los últimos meses sucesivos recortes de costes e inversiones con los que combatir los devastadores efectos de un petróleo a 30 dólares sobre su cuenta de resultados y su rating de solvencia.
Este umbral de 30 dólares será, según Fitch, el que marque un punto de no retorno para multitud de proyectos de exploración y explotación que estos grupos tienen repartidos por el mundo y que, de caer el barril por debajo de esta línea roja de manera permanente, entrarán en la categoría de "irrentables". "Creemos que a precios por debajo de 30 dólares por barril una serie de proyectos no lograría cubrir sus costes operativos, invitando al cierre", aseguró ayer la agencia en un comunicado. Fitch apunta directamente a Repsol, Total, Shell, ENI y la austriaca OMV al señalar que su nivel de endeudamiento está por encima del que corresponde a sus actuales ratings, si bien avisa que no tocará estas calificaciones si continúan con los programas de recorte de gasto.
Lo que nadie es capaz de adivinar es qué camino tomará el crudo una vez cruce los 30 dólares. En los informes de los analistas del mercado figuran tres hipótesis: que el coste del barril siga cayendo y pierda incluso la barrera de los 20 dólares, que alcance un punto de equilibrio y permanezca estable en los 30 dólares con ligeras oscilaciones, o que repunte hasta el entorno de los 50 dólares. El secretario general de la Opep, Abdallah el Badri, llamó ayer a los países productores de petróleo que no están en este cartel a "sentarse a negociar" una reducción de la producción de sus pozos que presione al alza los precios y promueva la recuperación del sector. Todas estas dudas han provocado, en el caso concreto de Repsol, que los CDS de la multinacional española se hayan disparado de manera espectacular.
Los seguros contra impago de los bonos a 5 años, por ejemplo, han subido más de un 46% desde que comenzó el año y la cifra llegó a ser del 74% en la sesión del 15 de enero; los credit default swap de los bonos a 10 años, por su parte, repuntan un 38% en 2016.
Este movimiento evidencia que existe una cierta desconfianza sobre la capacidad financiera de Repsol y que, en caso de acudir a los mercados con una emisión de deuda para captar financiación, podría tener serias dificultades para completarla a intereses razonables. Estas complicaciones, no obstante, se hacen extensibles al conjunto del sector ya que, tal y como reconocía hace unos días Fernando García, director de mercados de capitales de Société Générale, "ni Repsol ni ninguna otra petrolera podría realizar ahora una buena emisión". Por ello, añadía, la opción para fortalecer el capital pasaría por las desinversiones.
Fuente: Elmundo.es
La española Repsol es una de las compañías más perjudicadas por la caída del Brent. A pesar de que su tamaño es menor en comparación con otros gigantes europeos como ENI, Shell, Total y BP, la compañía que preside Antonio Brufau ha perdido un porcentaje mayor en Bolsa, del 51%, y su capitalización se ha reducido en 13.035 millones de euros desde junio de 2014.
No obstante, el valor de la empresa ha aumentado desde entonces si se suma el incremento del volumen de deuda que conllevó la compra de la compañía canadiense Talisman Energy en diciembre de 2014.En volumen, el grupo anglosajón Royal Dutch Shell es el que se lleva la peor parte con una pérdida bursátil de 73.141 millones de euros desde el segundo trimestre de 2014, cuando el petróleo alcanzaba picos de 115 dólares por barril. Este gigante mundial del oil&gas protagonizó el pasado mes de abril la mayor operación corporativa en el campo de la energía en la última década al anunciar su fusión con el grupo británico British Gas (BG), situándose como el tercer mayor operador del mundo con un valor en Bolsa superior a los 200.000 millones de euros.
Hoy la empresa vale 118.458 millones. La sangría en el sector se extiende también a la italiana ENI, con una pérdida de 25.601 millones, la francesa Total, 30.317 millones; la noruega Statoil, 35.513 millones; la británica BP, 33.919 millones, o las rusas Lukoil y Rostnf, con depreciaciones de 9.760 y 25.759 millones, respectivamente.
En este escenario, el sector ha ido anunciando en los últimos meses sucesivos recortes de costes e inversiones con los que combatir los devastadores efectos de un petróleo a 30 dólares sobre su cuenta de resultados y su rating de solvencia.
Este umbral de 30 dólares será, según Fitch, el que marque un punto de no retorno para multitud de proyectos de exploración y explotación que estos grupos tienen repartidos por el mundo y que, de caer el barril por debajo de esta línea roja de manera permanente, entrarán en la categoría de "irrentables". "Creemos que a precios por debajo de 30 dólares por barril una serie de proyectos no lograría cubrir sus costes operativos, invitando al cierre", aseguró ayer la agencia en un comunicado. Fitch apunta directamente a Repsol, Total, Shell, ENI y la austriaca OMV al señalar que su nivel de endeudamiento está por encima del que corresponde a sus actuales ratings, si bien avisa que no tocará estas calificaciones si continúan con los programas de recorte de gasto.
Lo que nadie es capaz de adivinar es qué camino tomará el crudo una vez cruce los 30 dólares. En los informes de los analistas del mercado figuran tres hipótesis: que el coste del barril siga cayendo y pierda incluso la barrera de los 20 dólares, que alcance un punto de equilibrio y permanezca estable en los 30 dólares con ligeras oscilaciones, o que repunte hasta el entorno de los 50 dólares. El secretario general de la Opep, Abdallah el Badri, llamó ayer a los países productores de petróleo que no están en este cartel a "sentarse a negociar" una reducción de la producción de sus pozos que presione al alza los precios y promueva la recuperación del sector. Todas estas dudas han provocado, en el caso concreto de Repsol, que los CDS de la multinacional española se hayan disparado de manera espectacular.
Los seguros contra impago de los bonos a 5 años, por ejemplo, han subido más de un 46% desde que comenzó el año y la cifra llegó a ser del 74% en la sesión del 15 de enero; los credit default swap de los bonos a 10 años, por su parte, repuntan un 38% en 2016.
Este movimiento evidencia que existe una cierta desconfianza sobre la capacidad financiera de Repsol y que, en caso de acudir a los mercados con una emisión de deuda para captar financiación, podría tener serias dificultades para completarla a intereses razonables. Estas complicaciones, no obstante, se hacen extensibles al conjunto del sector ya que, tal y como reconocía hace unos días Fernando García, director de mercados de capitales de Société Générale, "ni Repsol ni ninguna otra petrolera podría realizar ahora una buena emisión". Por ello, añadía, la opción para fortalecer el capital pasaría por las desinversiones.
Fuente: Elmundo.es
Las petroleras pierden 250.000 millones con la caída del crudo.
Reviewed by Anónimo
on
1/26/2016
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