Rusia y la nueva geopolítica del petróleo
Cambian las posiciones de Rusia y Arabia Saudí en el mercado global. Mientras que la primera gana espacio en Asia, la monarquía árabe aumenta sus suministros a Europa.
Desde hace meses las compañías petrolíferas rusas se enfrentan a nuevos desafíos tras la fuerte caída del precio del crudo y los cambios en este mercado global. Uno de los retos más importantes es el aumento del suministro saudí a Europa, lo que está provocando que Rusia acelere su giro hacia Asia.
A causa de la guerra en Ucrania, numerosas plantas procesadoras en Europa han cesado de adquirir crudo ruso y lo han reemplazarlo por crudo saudí, lo que aumenta considerablemente la competencia.
El pasado viernes 15 de enero el precio del barril de Brent cayó por debajo de los 30 dólares. El mantenimiento de la producción por parte de la OPEP y la entrada de Irán en el mercado fueron algunos de los causantes. En las dos primeras semanas de 2016 el precio del crudo ha caído en un 22%. El precio del petróleo ha pasado de 115 dólares a 30 en menos de dos años: más de un 70%
En estos momentos la protección de la cuota de mercado cobra especial relevancia, ya que parece que el petróleo ha llegado a su pico y se reduce el margen para los suministradores. Lo que continúa expandiéndose y globalizándose son los mercados de productos derivados.
La UE es el segundo productor del mundo de productos derivados del petróleo, solo detrás de los EE UU. Cuenta con una capacidad para refinar que ronda los 15 millones al día, lo que supone alrededor del 16% de la capacidad global. La crisis de 2008-2009 tuvo un fuerte impacto, entre otras cosas porque provocó una caída de la demanda y el aumento de la competencia de lugares como India o Oriente Próximo.
Desde los años 90 hasta el 2010 la estrategia rusa consistía en adentrarse en la industria de refinerías europea. Compañías como Lukoil, Rosneft, Gazprom Neft y Surgutneftegaz trabajaban para acercar sus refinerías a los consumidores clave y adquirían acciones en esta industria. El mercado europeo era estratégico, no solo por las ventas sino también por las refinerías.
Sin embargo, la situación ha cambiado. No solo lo ha provocado la ya mencionada caída de la demanda europea sino que un cambio en el sistema impositivo ruso ha sido también un factor determinante. A principios del 2015 se redujeron las tasas a la exportación y aumentaron las de extracción. La consecuencia es que las refinerías tienen ahora un incentivo para maximizar la exportación de productos ligeros, al mismo tiempo que se reducen las exportaciones de crudo a las refinerías europeas.
Este cambio hay que entenderlo en el contexto del comienzo de las exportaciones hacia el Este y los países asiáticos.
Al mismo tiempo, Arabia Saudí ha perdido parte de su importancia en este mercado. Los países asiáticos tratan de diversificar un mercado que depende demasiado del suministro proveniente de Oriente Próximo. Mientras, el país árabe aumenta el suministro hacia Europa. Los bajos precios del petróleo y el agravamiento de las relaciones entre Rusia y la UE amenazan a un mercado dominado tradicionalmente por Rusia. Compañías como Shell o Total siguen esta nueva tendencia.
En Europa se habla de la necesidad de la diversificación de los suministros de petróleo desde hace tiempo y la llegada del crudo saudí se ajusta a esta intención. En el puerto polaco de Gdansk se puede almacenar crudo proveniente del reino árabe, para enviarlo posteriormente por barco a refinerías en otras partes del continente.
Este tipo de movimientos han provocado una reacción por parte de Rusia. Ígor Sechin, director de Rosneft acusó a Arabia Saudí de bajar los precios con el objetivo de desplazar a Rusia del mercado europeo. Nikolái Rubchenko, representante de Tatneft, solicitó al Ministerio de Energía que implementase medidas para proteger los intereses de Rusia en el mercado occidental. Y el propio ministro de Energía, Alexander Novak, se refirió a la entrada de Arabia Saudí como el mayor competidor de Rusia.
Mientras Arabia Saudí siga manteniendo los descuentos y una alta producción, la cuota de mercado de Rusia en Europa seguirá estando amenazada.
Por otro lado, la emergencia del Estado Islámico complica la situación. Las ventas a Turquía y a otros actores complican más la situación del mercado del petróleo.
Un nuevo escenario global
Lo que estamos presenciando es un cambio en la geografía del mercado del petróleo. Rusia gira hacia el Este, y le gana cuota de mercado a los países de Oriente Próximo. Al mismo tiempo, Arabia Saudí hace lo propio en el mercado europeo. La causa de este cambio es, básicamente, la consideración de la seguridad del suministro por parte de los importadores asiáticos. Históricamente han tenido un alto grado de dependencia del petróleo de Oriente Próximo y Rusia es una manera de poder diversificarlo.
Los presupuestos generales del Estado para 2016 fueron calculados con base en un precio anual promedio del petróleo Urals de 50 dólares por barril. La fuerte caída de los precios ha provocado recortes presupuestarios
En segundo lugar, también está cambiando la naturaleza del mercado del crudo. A medio plazo no será este mercado sino los productos refinados los que desempeñen un papel central en el tráfico global. De modo que tanto Rusia como Arabia Saudí tratan de centrarse en el desarrollo de sus propias capacidades en este ámbito y en tomar posiciones en el mercado de productos derivados del petróleo. Es importante constatar que el mercado con mayores perspectivas es el asiático.
Al mismo tiempo, el desarrollo de los eventos en Oriente Medio, es decir, la emergencia del Estado Islámico y la guerra siria, significan también el nacimiento de una nueva geopolítica del petróleo en la cual los actores no estatales adquieren cada vez mayor importancia.
Como conclusión, está cambiando el contexto en el que se conciben las nociones de soberanía en lo que respecta a los recursos, las barreras comerciales asociadas a los países y a sus respectivas legislaciones y la diplomacia que rodea al mercado del petróleo a nivel global.
Fuente: Russia Direct
Desde hace meses las compañías petrolíferas rusas se enfrentan a nuevos desafíos tras la fuerte caída del precio del crudo y los cambios en este mercado global. Uno de los retos más importantes es el aumento del suministro saudí a Europa, lo que está provocando que Rusia acelere su giro hacia Asia.
A causa de la guerra en Ucrania, numerosas plantas procesadoras en Europa han cesado de adquirir crudo ruso y lo han reemplazarlo por crudo saudí, lo que aumenta considerablemente la competencia.
El pasado viernes 15 de enero el precio del barril de Brent cayó por debajo de los 30 dólares. El mantenimiento de la producción por parte de la OPEP y la entrada de Irán en el mercado fueron algunos de los causantes. En las dos primeras semanas de 2016 el precio del crudo ha caído en un 22%. El precio del petróleo ha pasado de 115 dólares a 30 en menos de dos años: más de un 70%
En estos momentos la protección de la cuota de mercado cobra especial relevancia, ya que parece que el petróleo ha llegado a su pico y se reduce el margen para los suministradores. Lo que continúa expandiéndose y globalizándose son los mercados de productos derivados.
La UE es el segundo productor del mundo de productos derivados del petróleo, solo detrás de los EE UU. Cuenta con una capacidad para refinar que ronda los 15 millones al día, lo que supone alrededor del 16% de la capacidad global. La crisis de 2008-2009 tuvo un fuerte impacto, entre otras cosas porque provocó una caída de la demanda y el aumento de la competencia de lugares como India o Oriente Próximo.
Desde los años 90 hasta el 2010 la estrategia rusa consistía en adentrarse en la industria de refinerías europea. Compañías como Lukoil, Rosneft, Gazprom Neft y Surgutneftegaz trabajaban para acercar sus refinerías a los consumidores clave y adquirían acciones en esta industria. El mercado europeo era estratégico, no solo por las ventas sino también por las refinerías.
Sin embargo, la situación ha cambiado. No solo lo ha provocado la ya mencionada caída de la demanda europea sino que un cambio en el sistema impositivo ruso ha sido también un factor determinante. A principios del 2015 se redujeron las tasas a la exportación y aumentaron las de extracción. La consecuencia es que las refinerías tienen ahora un incentivo para maximizar la exportación de productos ligeros, al mismo tiempo que se reducen las exportaciones de crudo a las refinerías europeas.
Este cambio hay que entenderlo en el contexto del comienzo de las exportaciones hacia el Este y los países asiáticos.
Al mismo tiempo, Arabia Saudí ha perdido parte de su importancia en este mercado. Los países asiáticos tratan de diversificar un mercado que depende demasiado del suministro proveniente de Oriente Próximo. Mientras, el país árabe aumenta el suministro hacia Europa. Los bajos precios del petróleo y el agravamiento de las relaciones entre Rusia y la UE amenazan a un mercado dominado tradicionalmente por Rusia. Compañías como Shell o Total siguen esta nueva tendencia.
En Europa se habla de la necesidad de la diversificación de los suministros de petróleo desde hace tiempo y la llegada del crudo saudí se ajusta a esta intención. En el puerto polaco de Gdansk se puede almacenar crudo proveniente del reino árabe, para enviarlo posteriormente por barco a refinerías en otras partes del continente.
Este tipo de movimientos han provocado una reacción por parte de Rusia. Ígor Sechin, director de Rosneft acusó a Arabia Saudí de bajar los precios con el objetivo de desplazar a Rusia del mercado europeo. Nikolái Rubchenko, representante de Tatneft, solicitó al Ministerio de Energía que implementase medidas para proteger los intereses de Rusia en el mercado occidental. Y el propio ministro de Energía, Alexander Novak, se refirió a la entrada de Arabia Saudí como el mayor competidor de Rusia.
Mientras Arabia Saudí siga manteniendo los descuentos y una alta producción, la cuota de mercado de Rusia en Europa seguirá estando amenazada.
Por otro lado, la emergencia del Estado Islámico complica la situación. Las ventas a Turquía y a otros actores complican más la situación del mercado del petróleo.
Un nuevo escenario global
Lo que estamos presenciando es un cambio en la geografía del mercado del petróleo. Rusia gira hacia el Este, y le gana cuota de mercado a los países de Oriente Próximo. Al mismo tiempo, Arabia Saudí hace lo propio en el mercado europeo. La causa de este cambio es, básicamente, la consideración de la seguridad del suministro por parte de los importadores asiáticos. Históricamente han tenido un alto grado de dependencia del petróleo de Oriente Próximo y Rusia es una manera de poder diversificarlo.
Los presupuestos generales del Estado para 2016 fueron calculados con base en un precio anual promedio del petróleo Urals de 50 dólares por barril. La fuerte caída de los precios ha provocado recortes presupuestarios
En segundo lugar, también está cambiando la naturaleza del mercado del crudo. A medio plazo no será este mercado sino los productos refinados los que desempeñen un papel central en el tráfico global. De modo que tanto Rusia como Arabia Saudí tratan de centrarse en el desarrollo de sus propias capacidades en este ámbito y en tomar posiciones en el mercado de productos derivados del petróleo. Es importante constatar que el mercado con mayores perspectivas es el asiático.
Al mismo tiempo, el desarrollo de los eventos en Oriente Medio, es decir, la emergencia del Estado Islámico y la guerra siria, significan también el nacimiento de una nueva geopolítica del petróleo en la cual los actores no estatales adquieren cada vez mayor importancia.
Como conclusión, está cambiando el contexto en el que se conciben las nociones de soberanía en lo que respecta a los recursos, las barreras comerciales asociadas a los países y a sus respectivas legislaciones y la diplomacia que rodea al mercado del petróleo a nivel global.
Fuente: Russia Direct
Rusia y la nueva geopolítica del petróleo
Reviewed by Anónimo
on
1/20/2016
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