Rafael Orihuela sobre Venezuela: "No me extraña si se produce una respuesta violenta frente a la escasez"
La crisis humanitaria que enfrenta Venezuela, sumada a bajos precios del petróleo y la inflación más alta del mundo podría traducirse en un escenario de descontento social y graves protestas que mermen la gobernabilidad del país.
La crisis humanitaria que enfrenta Venezuela, sumada a bajos precios del petróleo y la inflación más alta del mundo podría traducirse en un escenario de descontento social y graves protestas que mermen la gobernabilidad del país. Para el ex ministro de Salud de Venezuela, Rafael Orihuela, el error que impide solucionar la emergencia de salud es que el Gobierno le está dando una connotación ideológica a un problema que no es ideológico.
¿Cree que el Gobierno y la Asamblea Nacional podrán llegar a un acuerdo respecto a cómo manejar la economía del país?
Hasta ahora hay algunos síntomas que son reveladores de buscar ese tipo de acuerdo: el vicepresidente ha dado declaraciones señalando que se trata de buscar una alianza duradera entre la empresa privada y el Gobierno. Esto es nuevo porque hasta hace cuatro semanas los discursos del Presidente eran más bien demonizar a la empresa privada. Por otro lado, la declaración de emergencia de salud y alimentaria por parte de la AN también facilita esos mecanismos de entendimiento porque permite al Gobierno actuar con las manos más libres desde el punto de vista administrativo para hacer resoluciones.
¿Cuál es el error que impide desarrollar reformas que ayuden a combatir la crisis humanitaria?
Pienso que se trata de un asunto ideológico: la connotación ideológica errónea de un problema que no es ideológico y que tiene solución si se ataca en lo inmediato y con medidas prácticas y concretas, un concepto que el Gobierno maneja y aplica y que tiende a buscar culpables en el mundo externo. Algo como una guerra económica contra el país. Al haber esta convicción lo que hace es condicionar la imposibilidad de que se vea el problema tal cual es.
¿Cuál es el punto de quiebre que generó esta crisis?
En octubre de 2011 hubo una declaración muy pomposa de la autoridad de salud de ese momento anunciando la innecesaria traída de medicamentos a Venezuela porque el Estado iba a asumir la elaboración, distribución, producción, comercialización y entrega de todos los medicamentos en todo el país en un convenio China-Venezuela. Eso finalmente no ocurrió, y en ese hueco la tradicional producción de medicamentos nacionales se detuvo y en 2012-2013 nos alcanzó la crisis petrolera que terminó de profundizar esta situación.
El oficialismo ha dicho que la emergencia de salud es una campaña de intervención de organismos internacionales...
Aceptar la ayuda significa aceptar la crisis. Eso es un doble discurso muy peligroso porque mientras ocurre la negativa de aceptar ayuda, el Gobierno sigue profundizando la crisis. El año pasado tuvimos la crisis de malaria en Venezuela, con más de 140 mil enfermos registrados (cifra que nos regresa a 1940). En esa oportunidad, Médicos sin Fronteras ofreció venir a Venezuela y el Gobierno no lo aceptó.
¿Cómo evalúa la gestión de la ministra de Salud?
Es víctima también de la torcedura ideológica del pensamiento político. Comenzó su gestión diciendo que no había que cepillarse los dientes tres veces al día porque era una maniobra del imperialismo y de los odontólogos, luego dijo que los pacientes con cáncer estaban consumiendo muchos medicamentos y se acababan como si fuera una golosina. Es absurdo y todo dentro del esquema del discurso de que se trata del capitalismo salvaje y consumismo feroz.
¿Cuál es el foco más grave en la actual crisis de salud?
Diría que primero los medicamentos, la parte epidemiológica es importante y seria, pero la falta de medicamentos tiene connotación nacional y afecta a todas las edades y sexos. Los puntos focales más graves son los extremos polares de la sociedad: los niños y ancianos. Hace dos años hubo una epidemia muy grande de parotiditis con más de 250 mil enfermos. El año pasado tuvimos cuatro epidemias circulando juntas y eso es por falta de vacunas.
Mañana se declararía emergencia alimentaria: ¿qué es lo más crítico de esta situación?
La escasez es general, pero hay puntos que son básicos como cereales e importación de carne. Hay una dificultad muy grande de honrar créditos adquiridos con los países que suplen a Venezuela de estos productos.
El gobierno teme que el descontento social genere protestas en las calles que perjudiquen la gobernabilidad...
Es un tema polémico, pero creo que estamos casi al borde del abismo en esa materia. Lo que está ocurriendo en Venezuela con la incomodidad que genera toda la crisis completa, es un ingrediente convulsivo y que el Gobierno no está midiendo bien los tiempos y está subestimando el enorme peso de este problema que mantiene a la población en un estado de angustia extrema. No me extrañaría que se produjera una situación de respuesta violenta frente a la escasez y que eso termine en un acontecimiento indeseable. Va a ser muy difícil salir de esto en el transcurso de los meses que vienen.
¿Qué rol cumplen las fuerzas armadas?
Cumplen un rol polémico, aunque hay que separar direcciones generales con lo que es el gran componente armado (más de 150 mil personas), que sufren el mismo problema que sufrimos todos los venezolanos. Esa parte enorme va a actuar protegiendo a la población, jugando su rol de árbitro e incluso pudiese plantearse forzar la salida del Gobierno ante la manifiesta incapacidad de resolver el problema.
Fuente: Paulina Breschi
La crisis humanitaria que enfrenta Venezuela, sumada a bajos precios del petróleo y la inflación más alta del mundo podría traducirse en un escenario de descontento social y graves protestas que mermen la gobernabilidad del país. Para el ex ministro de Salud de Venezuela, Rafael Orihuela, el error que impide solucionar la emergencia de salud es que el Gobierno le está dando una connotación ideológica a un problema que no es ideológico.
¿Cree que el Gobierno y la Asamblea Nacional podrán llegar a un acuerdo respecto a cómo manejar la economía del país?
Hasta ahora hay algunos síntomas que son reveladores de buscar ese tipo de acuerdo: el vicepresidente ha dado declaraciones señalando que se trata de buscar una alianza duradera entre la empresa privada y el Gobierno. Esto es nuevo porque hasta hace cuatro semanas los discursos del Presidente eran más bien demonizar a la empresa privada. Por otro lado, la declaración de emergencia de salud y alimentaria por parte de la AN también facilita esos mecanismos de entendimiento porque permite al Gobierno actuar con las manos más libres desde el punto de vista administrativo para hacer resoluciones.
¿Cuál es el error que impide desarrollar reformas que ayuden a combatir la crisis humanitaria?
Pienso que se trata de un asunto ideológico: la connotación ideológica errónea de un problema que no es ideológico y que tiene solución si se ataca en lo inmediato y con medidas prácticas y concretas, un concepto que el Gobierno maneja y aplica y que tiende a buscar culpables en el mundo externo. Algo como una guerra económica contra el país. Al haber esta convicción lo que hace es condicionar la imposibilidad de que se vea el problema tal cual es.
¿Cuál es el punto de quiebre que generó esta crisis?
En octubre de 2011 hubo una declaración muy pomposa de la autoridad de salud de ese momento anunciando la innecesaria traída de medicamentos a Venezuela porque el Estado iba a asumir la elaboración, distribución, producción, comercialización y entrega de todos los medicamentos en todo el país en un convenio China-Venezuela. Eso finalmente no ocurrió, y en ese hueco la tradicional producción de medicamentos nacionales se detuvo y en 2012-2013 nos alcanzó la crisis petrolera que terminó de profundizar esta situación.
El oficialismo ha dicho que la emergencia de salud es una campaña de intervención de organismos internacionales...
Aceptar la ayuda significa aceptar la crisis. Eso es un doble discurso muy peligroso porque mientras ocurre la negativa de aceptar ayuda, el Gobierno sigue profundizando la crisis. El año pasado tuvimos la crisis de malaria en Venezuela, con más de 140 mil enfermos registrados (cifra que nos regresa a 1940). En esa oportunidad, Médicos sin Fronteras ofreció venir a Venezuela y el Gobierno no lo aceptó.
¿Cómo evalúa la gestión de la ministra de Salud?
Es víctima también de la torcedura ideológica del pensamiento político. Comenzó su gestión diciendo que no había que cepillarse los dientes tres veces al día porque era una maniobra del imperialismo y de los odontólogos, luego dijo que los pacientes con cáncer estaban consumiendo muchos medicamentos y se acababan como si fuera una golosina. Es absurdo y todo dentro del esquema del discurso de que se trata del capitalismo salvaje y consumismo feroz.
¿Cuál es el foco más grave en la actual crisis de salud?
Diría que primero los medicamentos, la parte epidemiológica es importante y seria, pero la falta de medicamentos tiene connotación nacional y afecta a todas las edades y sexos. Los puntos focales más graves son los extremos polares de la sociedad: los niños y ancianos. Hace dos años hubo una epidemia muy grande de parotiditis con más de 250 mil enfermos. El año pasado tuvimos cuatro epidemias circulando juntas y eso es por falta de vacunas.
Mañana se declararía emergencia alimentaria: ¿qué es lo más crítico de esta situación?
La escasez es general, pero hay puntos que son básicos como cereales e importación de carne. Hay una dificultad muy grande de honrar créditos adquiridos con los países que suplen a Venezuela de estos productos.
El gobierno teme que el descontento social genere protestas en las calles que perjudiquen la gobernabilidad...
Es un tema polémico, pero creo que estamos casi al borde del abismo en esa materia. Lo que está ocurriendo en Venezuela con la incomodidad que genera toda la crisis completa, es un ingrediente convulsivo y que el Gobierno no está midiendo bien los tiempos y está subestimando el enorme peso de este problema que mantiene a la población en un estado de angustia extrema. No me extrañaría que se produjera una situación de respuesta violenta frente a la escasez y que eso termine en un acontecimiento indeseable. Va a ser muy difícil salir de esto en el transcurso de los meses que vienen.
¿Qué rol cumplen las fuerzas armadas?
Cumplen un rol polémico, aunque hay que separar direcciones generales con lo que es el gran componente armado (más de 150 mil personas), que sufren el mismo problema que sufrimos todos los venezolanos. Esa parte enorme va a actuar protegiendo a la población, jugando su rol de árbitro e incluso pudiese plantearse forzar la salida del Gobierno ante la manifiesta incapacidad de resolver el problema.
Fuente: Paulina Breschi
Rafael Orihuela sobre Venezuela: "No me extraña si se produce una respuesta violenta frente a la escasez"
Reviewed by Anónimo
on
2/10/2016
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