Qué pasa con la cotización del petróleo

Como materia prima que es, el petróleo tiende a estar sujeto a una alta volatilidad en su cotización y precio. Incluso a medio y largo plazo podemos observar variaciones importantes de su precio, que tiende a estar sujeto a alteraciones casi inmediatas ante cualquier tipo de inestabilidad en los mercados.

En términos históricos, podemos ver cómo el valor del crudo, que entre 2000 y 2003 mantenía cierta estabilidad en el en torno a los 30 dólares el barril, inicia una subida, tras la invasión de Irak, que alcanza la cota de 146 dólares en julio de 2008, para desplomarse por debajo de los 40 dólares (36,61) a finales de ese año, tras la quiebra de Lehman Brothers.

Las demandas de los países emergentes, fundamentalmente China e India, junto con los problemas e incertidumbre acarreados por las primaveras árabes y sus diversas evoluciones, entre otros factores, situaron el precio del barril entre 2011 y 2014 fluctuando en la franja de los 100 a 120 dólares. A partir de julio de 2014 se inicia una caída de precio que lleva al crudo a los 45 dólares el barril en enero de 2015, se recupera hasta los 60-65 dólares hacia mayo del pasado año, y a partir de ahí empieza una evolución que atrae miradas, noticias, análisis y diferentes especulaciones en el ámbito económico.

El barril se desploma hasta los 26,5 dólares el pasado enero, y a día de hoy ha repuntado a los 41 dólares (precios OPEP), alrededor de un 55 por ciento. Las circunstancias que condujeron a su caída son las mismas, con ciertos afianzamientos o despeje de incertidumbres, que han llevado a su estabilización actual, por otra parte esperada, pues el precio no era sostenible en 26 ni en 30 dólares. Muchos grandes productores de crudo no cubrían costes, y para los más eficientes (Kuwait, Arabia Saudí, Irak, EAU..., a los que se unió Irán en enero tras el levantamiento de sanciones) las rentabilidades quedaban muy dañadas: de ahí, también, los problemas de financiación o presupuestarios que afrontan países como Arabia Saudí, repercutidos, por ejemplo, en proyectos como el AVE Medina-La Meca. Además, a esos precios el fracking, tecnología alternativa clave para entender los movimientos del precio del crudo por el lado de la oferta, dejaba de ser rentable en muchas de sus inversiones o proyectos, cuyo abandono o paralización también ha contribuido a este reajuste al alza del precio.

Precisamente, la mera presencia o posibilidad del fracking explica también que a los tradicionales problemas que todo oligopolio tiene para lograr sus objetivos, entre ellos los propios incentivos de ruptura que genera entre sus miembros, se añada un nuevo factor en favor de la disolución del oligopolio de la OPEP, lo que explica las mayores dificultades que han tenido sus miembros para llegar a un acuerdo, finalmente no logrado, en la reunión del pasado mes de abril.

Por el lado de la demanda es evidente que se mantienen las perspectivas de crecimiento mundial moderado y que, especialmente China e India, quienes sostenían una demanda de commodities más intensa, han rebajado éstas (en el caso de China debido a un cambio importante en sus esquemas o estructuras de crecimiento ordenadas desde el aparato burocrático o político). Eso afecta a las demandas de otros emergentes, sobre todo en Latinoamérica, de los que algunos, como Venezuela o Brasil, se bastan ellos solos para generar exponencialmente sus propios problemas y que, por ser también productores de crudo, afectan tanto a demanda como a oferta. De tal caída logra salvarse Argentina, gracias a sus reformas más recientes, que también es productor. No obstante, como indicaba antes y por el lado de la demanda mundial, también se están despejando algunas incertidumbres e incluso afianzándose expectativas, para bien o para mal. Curiosamente, parece ser Europa una fuente de incertidumbres: refugiados e inmigración; Brexit (y quién sabe si otros exits); incumplimientos de déficit y deuda pública; reestructuraciones y política de penalizaciones; unión bancaria; unión fiscal; papel internacional, diplomático, estratégico y militar; y dudas sobre el cierre o reapertura de ciertas crisis.

¿Cómo afecta todo eso a nuestra inflación? Realmente el precio del petróleo afecta al cálculo que hacemos del IPC y, a través de dicho índice de precios, a sus tasas de variación, pero no a la inflación como concepto de variación del nivel general de precios a lo largo del tiempo. Precisamente, es el componente energético del IPC lo que más afecta al índice general en sus resultados negativos anuales, cuyos mínimos se esperan entre mayo y julio (-1,5 por ciento), para finalmente cerrar el año en torno a tasas muy próximas al cero por ciento y, previsiblemente, positivas en 2017. Por tanto, es tanto la evolución descrita del IPC, como los resultados producidos y esperados en el conjunto del resto de componentes del IPC, quitando únicamente el componente energético cuyos precios todavía contribuyen con reducciones del 15 y 16 por ciento, lo que me lleva a defender, en todo momento, que no estamos en esa terrible perspectiva e inquietante tendencia deflacionista con que muchos quieren alarmarnos.

Fuente: El Economista (España)
Qué pasa con la cotización del petróleo Qué pasa con la cotización del petróleo Reviewed by Anónimo on 5/14/2016 Rating: 5

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