Asumir la Democracia @DoubleplusUT #Especial
La democracia es el único proyecto capaz de sustentar y articular en libertad el resto de lo social, incluida la economía; y la pregunta es, ¿cómo darle forma y no repetirnos? Los aspectos, políticos, en primer lugar, pero luego también económicos y sociales; y las significaciones imaginarias sociales que la “educación democrática” exige, conforman la agenda. Nadie posee la fórmula del asunto, ni el saber consagrado, no hay “manuales”, pero todos podemos aprender ejerciendo el derecho responsable de asumir la democracia.
Nos interesa en particular el ámbito económico. ¿Cómo superar los mitos positivistas y las falsas contradicciones? Identifiquémoslos: que la “propiedad” resuelve todo -mito liberal- o que es culpable de todo -mito marxista-. Reflexione usted: si el único asunto pertinente es, como creen las ideologías, el dominio y la posesión y de esto depende todo, el terreno para la guerra de clases está abonado. La lucha de clases es una tesis infeliz, sobre todo, porque culmina siempre en la destrucción profunda del tejido social, no comprende la necesidad ineliminable de la diversidad, es simplista, vulgar y descansa en una falsa dialéctica. Marx no advirtió que las antítesis no siempre equivalen a contradicciones. Se equivocó. ¿Lo advertirán los liberales?
La democracia no acepta el principio comunista de eliminación de la propiedad, porque sabe que es una trampa que mata lo público y convierte todo en propiedad privada del déspota y su casta; a la vez debe reivindicar la propiedad y la responsabilidad de la sociedad para que aquellos que no la disfrutan lleguen a hacerlo en un plazo razonable y de manera responsable. ¿Cómo lograr que quienes que no poseen, posean? No todo es privatizable y, a la vez, creemos que toda propiedad debe propender a su democratización. El desafío es: ¿si la democracia es nuestro norte, por qué no la aplicamos también a la propiedad? Compare Venezuela y Noruega y verá por dónde va el asunto. La opción, no lo dude, será siempre despotismo
Miguel Aponte
Profesor en la Universidad Central de Venezuela
@DoubleplusUT
En la Web:
Nos interesa en particular el ámbito económico. ¿Cómo superar los mitos positivistas y las falsas contradicciones? Identifiquémoslos: que la “propiedad” resuelve todo -mito liberal- o que es culpable de todo -mito marxista-. Reflexione usted: si el único asunto pertinente es, como creen las ideologías, el dominio y la posesión y de esto depende todo, el terreno para la guerra de clases está abonado. La lucha de clases es una tesis infeliz, sobre todo, porque culmina siempre en la destrucción profunda del tejido social, no comprende la necesidad ineliminable de la diversidad, es simplista, vulgar y descansa en una falsa dialéctica. Marx no advirtió que las antítesis no siempre equivalen a contradicciones. Se equivocó. ¿Lo advertirán los liberales?
La democracia no acepta el principio comunista de eliminación de la propiedad, porque sabe que es una trampa que mata lo público y convierte todo en propiedad privada del déspota y su casta; a la vez debe reivindicar la propiedad y la responsabilidad de la sociedad para que aquellos que no la disfrutan lleguen a hacerlo en un plazo razonable y de manera responsable. ¿Cómo lograr que quienes que no poseen, posean? No todo es privatizable y, a la vez, creemos que toda propiedad debe propender a su democratización. El desafío es: ¿si la democracia es nuestro norte, por qué no la aplicamos también a la propiedad? Compare Venezuela y Noruega y verá por dónde va el asunto. La opción, no lo dude, será siempre despotismo
Profesor en la Universidad Central de Venezuela
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Reviewed by Anónimo
on
6/19/2016
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