¿Falsos contrarios o contrarios falsos? #Especial @DoubleplusUT
El Liberalismo y el Marxismo son “tesis contrarias”, ambas falsas, respecto de una variable que no explica ni es causa eficiente de los problemas que esas ideologías ofrecen resolver. Esa variable es “la propiedad” y la falla de origen de ambas consiste en atribuirle un poder “todo o nada”, como si “causara”, necesariamente, ella sola toda la felicidad o la desgracia de que es capaz el ser humano.
Pero, ¿quién en sano juicio creería que a partir de la propiedad un ser humano -y menos aún todos- va a recorrer una cadena de consecuencias lógicas que eficientemente lo llevará a su “realización”? Si así fuera, todos los ricos del mundo habrían sido desde siempre seres “realizados y felices”, lo que es falso y ridículo, para decirlo suavemente.
Si la felicidad solo dependiera de la riqueza material, no seríamos humanos sino mascotas: el ser humano no vive para comer, vestir y comprar cosas, es al revés, come, viste y adquiere cosas para vivir, pero una vida humana es más que eso y es después de “eso” que comienza.
Entonces, ¿de dónde sacar que la propiedad garantiza nada? ¿Garantiza acaso la democracia? ¿Garantiza la disminución de las desigualdades sociales? ¿Garantiza que el Estado -ese monstruo marino- no crezca y devore todo? ¿Garantiza que la burocracia privada y pública no aparezca y se corrompa?
Pero, aunque parezca “impeorable”, con el marxismo es aún peor, porque éste quiere que la propiedad se elimine de raíz, se suprima para siempre, sin advertir que esto es imposible y estúpido, para decirlo suavemente. ¡No se dan cuenta de que por este camino termina secuestrada por una casta mediocre y criminal!
Desde antiguo se sabe que dos argumentos contrarios no pueden ser a la vez verdaderos, pero, atención, ambos sí que pueden ser a la vez falsos; y este es el caso con el liberalismo y el marxismo: ambos sostienen tesis contrarias respecto a una causa falsa y, por lo tanto, ambos están equivocados y con ellos sus estrategias, que sólo conducen al odio de clases y la guerra social.
Miguel Aponte
Profesor en la Universidad Central de Venezuela
@DoubleplusUT
En la Web:
Pero, ¿quién en sano juicio creería que a partir de la propiedad un ser humano -y menos aún todos- va a recorrer una cadena de consecuencias lógicas que eficientemente lo llevará a su “realización”? Si así fuera, todos los ricos del mundo habrían sido desde siempre seres “realizados y felices”, lo que es falso y ridículo, para decirlo suavemente.Si la felicidad solo dependiera de la riqueza material, no seríamos humanos sino mascotas: el ser humano no vive para comer, vestir y comprar cosas, es al revés, come, viste y adquiere cosas para vivir, pero una vida humana es más que eso y es después de “eso” que comienza.
Entonces, ¿de dónde sacar que la propiedad garantiza nada? ¿Garantiza acaso la democracia? ¿Garantiza la disminución de las desigualdades sociales? ¿Garantiza que el Estado -ese monstruo marino- no crezca y devore todo? ¿Garantiza que la burocracia privada y pública no aparezca y se corrompa?
Pero, aunque parezca “impeorable”, con el marxismo es aún peor, porque éste quiere que la propiedad se elimine de raíz, se suprima para siempre, sin advertir que esto es imposible y estúpido, para decirlo suavemente. ¡No se dan cuenta de que por este camino termina secuestrada por una casta mediocre y criminal!
Desde antiguo se sabe que dos argumentos contrarios no pueden ser a la vez verdaderos, pero, atención, ambos sí que pueden ser a la vez falsos; y este es el caso con el liberalismo y el marxismo: ambos sostienen tesis contrarias respecto a una causa falsa y, por lo tanto, ambos están equivocados y con ellos sus estrategias, que sólo conducen al odio de clases y la guerra social.
Miguel Aponte
Profesor en la Universidad Central de Venezuela
@DoubleplusUT
En la Web:
¿Falsos contrarios o contrarios falsos? #Especial @DoubleplusUT
Reviewed by Anónimo
on
8/07/2016
Rating:
Reviewed by Anónimo
on
8/07/2016
Rating:
