¿Democracia o esclavitud? @DoubleplusUT #Especial
La representación no es democracia. Los pensadores originales se conformaron con este esquema sabiendo que negaba la democracia, porque creyeron que el número, la población y las complejidades de las sociedades modernas hacían imposible el ideal democrático.
Quienes les siguieron, marxistas y liberales, dejaron de pensar en serio el asunto y el resultado ha sido la muerte “lenta” de la democracia y la sustitución de ciudadanos por vasallos.
Observe usted cómo los EE.UU elige a un presidente que realmente perdió los comicios electorales. Un exabrupto. Pero lo peor puede empeorar y en Venezuela vemos cómo la representación comienza por “elegir” a un aspirante que quiere el pueblo, Chávez, para enseguida votar por otro impuesto a dedo por aquel, Maduro, para ahora -pronto quizá- terminar con otro que nadie eligió ni elegiría: El Aissami u otro. Esto es representación, pero sin duda no es democracia.
¿Cómo es posible que un gobierno, que siempre será temporal, pueda tener la capacidad de hipotecar o vender el establecimiento económico de todo un país, regalar el petróleo o empresas como Citgo, para financiar sus vagabunderías circunstanciales? ¿Cómo es posible que pueda administrar -si es que le toca en suerte- los incrementos de recursos que, como traumas imposibles de asimilar, vienen con los aumentos de precios petroleros, imponiendo programas, megalómanos, imposibles y hasta ridículos, que concluyen siempre con mayor pobreza de los pobres y mayor poder para una burocracia corrupta? Esa es Venezuela.
Pero la desgracia de todos aumentará si usted añade la reelección indefinida e impide la revocación inmediata. Entonces, este será un país de esclavos. Es lo que hizo Venezuela en 2009: se suicidó políticamente a sí misma. Así pues, si, para comenzar, no llevamos nuestra democracia a la elección directa, con revocación inmediata, sin reelección indefinida y con límites de administración para los gobernantes de turno, el país marchará siempre hacia su propia ruina y esclavitud.
Miguel Aponte
Profesor en la Universidad Central de Venezuela
@DoubleplusUT
En la Web:
Quienes les siguieron, marxistas y liberales, dejaron de pensar en serio el asunto y el resultado ha sido la muerte “lenta” de la democracia y la sustitución de ciudadanos por vasallos.
Observe usted cómo los EE.UU elige a un presidente que realmente perdió los comicios electorales. Un exabrupto. Pero lo peor puede empeorar y en Venezuela vemos cómo la representación comienza por “elegir” a un aspirante que quiere el pueblo, Chávez, para enseguida votar por otro impuesto a dedo por aquel, Maduro, para ahora -pronto quizá- terminar con otro que nadie eligió ni elegiría: El Aissami u otro. Esto es representación, pero sin duda no es democracia.
¿Cómo es posible que un gobierno, que siempre será temporal, pueda tener la capacidad de hipotecar o vender el establecimiento económico de todo un país, regalar el petróleo o empresas como Citgo, para financiar sus vagabunderías circunstanciales? ¿Cómo es posible que pueda administrar -si es que le toca en suerte- los incrementos de recursos que, como traumas imposibles de asimilar, vienen con los aumentos de precios petroleros, imponiendo programas, megalómanos, imposibles y hasta ridículos, que concluyen siempre con mayor pobreza de los pobres y mayor poder para una burocracia corrupta? Esa es Venezuela.
Pero la desgracia de todos aumentará si usted añade la reelección indefinida e impide la revocación inmediata. Entonces, este será un país de esclavos. Es lo que hizo Venezuela en 2009: se suicidó políticamente a sí misma. Así pues, si, para comenzar, no llevamos nuestra democracia a la elección directa, con revocación inmediata, sin reelección indefinida y con límites de administración para los gobernantes de turno, el país marchará siempre hacia su propia ruina y esclavitud.
Miguel Aponte
Profesor en la Universidad Central de Venezuela
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Reviewed by Anónimo
on
1/15/2017
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