Totalitarismo panadero @DoubleplusUT #Especial
La mejor definición del totalitarismo: regímenes donde todo lo que no es obligatorio, está prohibido. Desatan procesos de concentración de poder, afán de control y disolución de la ciudadanía. Son de derecha e izquierda. Son populistas y xenófobos. Odian la diversidad, la opinión y el cuestionamiento libres, los medios de comunicación independientes y las universidades autónomas. Detestan al ciudadano. Todos terminan matando lo público y convirtiéndolo en asunto privado del déspota y su séquito. Todos matan la política.
También liquidan la institución democrática en cualquiera de sus versiones: representativa, participativa y protagónica, que no son más que adjetivos tramposos, puertas de entrada de todos los extremismos de derecha e izquierda de hoy. El núcleo del problema se encuentra en la falsa idea de que la democracia no exige participación política del ciudadano, que éste debe “hacerse” representar y basta. Los padres del liberalismo lo advirtieron siempre. Los modernos, por flojera o conveniencia, se han olvidado y ahí tenemos los resultados, no sólo en Venezuela, observe EE.UU, Gran Bretaña y Europa y verá el peligroso auge de los autoritarismos nacionalistas, para no hablar de China y Rusia.
En Venezuela tenemos nuestro propio proyecto totalitario, bananero, eso sí; y quizá la única ventaja sea que la población ya se desencantó de él; o sea, que deberíamos ir de regreso. Condición ésta que aparentemente no basta ya que, como todo “parece” indicar, sin dirección política no es suficiente. Ahora el gobierno decidió que no haya ni el poco pan que se daba. En su paranoia masturbatoria se nubla y cree que -obligando a gente a hacer lo que no hace por culpa del gobierno- resuelve un problema ¡que crea él mismo! Entonces, obliga a hacer pan mientras, en los hechos y gracias a otras normas también suyas, absurda y estúpidamente, lo hace imposible. El totalitarismo no se sacia, no se limita; y quizá sea ésta la razón última de su fracaso inevitable. Amanecerá y veremos.
Miguel Aponte
Profesor en la Universidad Central de Venezuela
@DoubleplusUT
En la Web:
También liquidan la institución democrática en cualquiera de sus versiones: representativa, participativa y protagónica, que no son más que adjetivos tramposos, puertas de entrada de todos los extremismos de derecha e izquierda de hoy. El núcleo del problema se encuentra en la falsa idea de que la democracia no exige participación política del ciudadano, que éste debe “hacerse” representar y basta. Los padres del liberalismo lo advirtieron siempre. Los modernos, por flojera o conveniencia, se han olvidado y ahí tenemos los resultados, no sólo en Venezuela, observe EE.UU, Gran Bretaña y Europa y verá el peligroso auge de los autoritarismos nacionalistas, para no hablar de China y Rusia.
En Venezuela tenemos nuestro propio proyecto totalitario, bananero, eso sí; y quizá la única ventaja sea que la población ya se desencantó de él; o sea, que deberíamos ir de regreso. Condición ésta que aparentemente no basta ya que, como todo “parece” indicar, sin dirección política no es suficiente. Ahora el gobierno decidió que no haya ni el poco pan que se daba. En su paranoia masturbatoria se nubla y cree que -obligando a gente a hacer lo que no hace por culpa del gobierno- resuelve un problema ¡que crea él mismo! Entonces, obliga a hacer pan mientras, en los hechos y gracias a otras normas también suyas, absurda y estúpidamente, lo hace imposible. El totalitarismo no se sacia, no se limita; y quizá sea ésta la razón última de su fracaso inevitable. Amanecerá y veremos.
Profesor en la Universidad Central de Venezuela
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Reviewed by Anónimo
on
3/20/2017
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