Colombia: ¿Nos quieren condenar a pobres?
Aunque en términos comparados Colombia ya no es un país pobre sino de ingresos medianos, aun hay muchas personas que viven bajo la línea de pobreza. La pobreza bajaba desde hace quince años, pero en febrero de este año no solo se frenó la disminución sino que por primera vez en tres lustros aumentó la pobreza del 27,8 al 28%, y la indigencia del 7,9 al 8,5%. Mal contados, casi tres de cada diez colombianos es pobre y uno más es indigente.
Para disminuir la pobreza se requieren muchas acciones combinadas. Foco y eficacia en el gasto social, transparencia, sostenibilidad económica y medio ambiental, entre otras. Pero antes, y como condición indispensable, se necesita generar riqueza para poder después hacer el gasto social focalizado.
Por eso son inexplicables tanto las decisiones en minería y petróleo de la Corte Constitucional como la indiferencia y la parálisis del Gobierno. Una vez más, cambia su jurisprudencia y emite sentencias que no solo no prevén su impacto económico sino que son ignorantes y van en contra del bien común.
So pretexto de amparar los derechos de las comunidades la Corte extendió sin límite los mecanismos de participación popular, incluso en casos como el de Marmato, para impedir desalojar mineros ilegales; o el de Puerto Bolívar, donde ordena revisar la licencia ya concedida de ampliar el puerto del Cerrejón.
Las decisiones de la Corte han convertido la consulta con las “comunidades” en el obstáculo más difícil para el desarrollo. Para rematar, se niega a definir de una vez y para siempre los términos exactos en que se deben realizar tales consultas y sus efectos.
Hace apenas unos días, por ejemplo, en la Colosa hubo una consulta popular en la que se votó contra el desarrollo del proyecto aurífero en esa región. Hoy nadie está muy seguro cuales son las consecuencias de esa votación.
¿Pero puede un país como el nuestro renunciar a las 30 millones de onzas de oro que hay ahí enterradas? ¿O al carbón o al petróleo o al gas? ¿Pueden unos cuantos miles estar por encima de millones? ¿Prima el interés de unos o el bien común? No tengo dudas: Colombia no puede dejar bajo tierra miles de millones de dólares, indispensables para sacar de la pobreza a quince millones de personas.
Y sí, por supuesto, debe protegerse el medio ambiente, cuidar el agua, buscar soluciones alternativas para aquellos que puedan verse afectados. Está probado que es posible hacer minería y extraer petróleo y gas con responsabilidad y sostenibilidad ambiental. Colombia no solo tiene el derecho de hacerlo, sino el deber. Dejar enterradas la soluciones para millones no es solo un pecado sino un acto miserable.
Fuente: RAFAEL NIETO LOAIZA/El Universal
Para disminuir la pobreza se requieren muchas acciones combinadas. Foco y eficacia en el gasto social, transparencia, sostenibilidad económica y medio ambiental, entre otras. Pero antes, y como condición indispensable, se necesita generar riqueza para poder después hacer el gasto social focalizado.
Por eso son inexplicables tanto las decisiones en minería y petróleo de la Corte Constitucional como la indiferencia y la parálisis del Gobierno. Una vez más, cambia su jurisprudencia y emite sentencias que no solo no prevén su impacto económico sino que son ignorantes y van en contra del bien común.
So pretexto de amparar los derechos de las comunidades la Corte extendió sin límite los mecanismos de participación popular, incluso en casos como el de Marmato, para impedir desalojar mineros ilegales; o el de Puerto Bolívar, donde ordena revisar la licencia ya concedida de ampliar el puerto del Cerrejón.
Las decisiones de la Corte han convertido la consulta con las “comunidades” en el obstáculo más difícil para el desarrollo. Para rematar, se niega a definir de una vez y para siempre los términos exactos en que se deben realizar tales consultas y sus efectos.
Hace apenas unos días, por ejemplo, en la Colosa hubo una consulta popular en la que se votó contra el desarrollo del proyecto aurífero en esa región. Hoy nadie está muy seguro cuales son las consecuencias de esa votación.
¿Pero puede un país como el nuestro renunciar a las 30 millones de onzas de oro que hay ahí enterradas? ¿O al carbón o al petróleo o al gas? ¿Pueden unos cuantos miles estar por encima de millones? ¿Prima el interés de unos o el bien común? No tengo dudas: Colombia no puede dejar bajo tierra miles de millones de dólares, indispensables para sacar de la pobreza a quince millones de personas.
Y sí, por supuesto, debe protegerse el medio ambiente, cuidar el agua, buscar soluciones alternativas para aquellos que puedan verse afectados. Está probado que es posible hacer minería y extraer petróleo y gas con responsabilidad y sostenibilidad ambiental. Colombia no solo tiene el derecho de hacerlo, sino el deber. Dejar enterradas la soluciones para millones no es solo un pecado sino un acto miserable.
Fuente: RAFAEL NIETO LOAIZA/El Universal
Colombia: ¿Nos quieren condenar a pobres?
Reviewed by Anónimo
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4/16/2017
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