Venezuela en la calle @DoublePlusUT #Especial
Si al régimen le quedaba alguna duda acerca de quién manda en Venezuela, el jueves tuvo su respuesta: manda el pueblo venezolano. Misma observación que cabe a los escépticos, a los que señalan que la gente se conformó, a quienes dicen que los chavistas lograron adormecer para siempre la consciencia del venezolano, que la gente se conduce como si no pasará nada, que el régimen es invencible, etcétera.
Misma observación que puede hacerse a la Asamblea Nacional, que este año aprendió -esperamos que en forma definitiva- que ella es la única que tiene el poder porque recibió, desde el 6 de diciembre de 2015, un mandato contundente de los venezolanos: salir del régimen de Maduro.
Siempre, en toda sociedad, hay en acto dos poderes: el poder instituido y el poder instituyente. El primero, como expresión de estatus, del pasado, de lo que está allí; y, el más importante, el instituyente, que expresa el futuro, que habla de lo que hay que crear, aquello que la comunidad política busca y que no se calla aunque esté callado, porque está viviendo en la misma gente, aunque algunos no lo vean: ese poder instituyente es el único que importa y fue el que habló el jueves 6 de abril de 2017 -casualidad histórica, otro 6- para recordar a todos y especialmente a Maduro y su régimen que tienen que irse, que nadie los quiere.
Este jueves 6 de abril, trescientos mil ciudadanos o más, sin miedo, sin chantajes, se concentraron y marcharon para exigir lo único que importa en Venezuela hoy: que se respete de una vez al pueblo, que se devuelva íntegramente el poder a la Asamblea Nacional y a todos los diputados electos, que se liberen los presos políticos y que se fijen de una vez elecciones generales. Un régimen embrutecido recibe así ordenes claras y contundentes: que se vaya y lo haga ya. La democracia triunfará porque la defiende pacífica y democráticamente quien tiene que defenderla: Venezuela en la calle. Si el liderazgo no se equivoca esta vez, no habrá botas ni balas que puedan impedirlo. Es todo
Miguel Aponte
Profesor en la Universidad Central de Venezuela
@DoubleplusUT
En la Web:
Misma observación que puede hacerse a la Asamblea Nacional, que este año aprendió -esperamos que en forma definitiva- que ella es la única que tiene el poder porque recibió, desde el 6 de diciembre de 2015, un mandato contundente de los venezolanos: salir del régimen de Maduro.
Siempre, en toda sociedad, hay en acto dos poderes: el poder instituido y el poder instituyente. El primero, como expresión de estatus, del pasado, de lo que está allí; y, el más importante, el instituyente, que expresa el futuro, que habla de lo que hay que crear, aquello que la comunidad política busca y que no se calla aunque esté callado, porque está viviendo en la misma gente, aunque algunos no lo vean: ese poder instituyente es el único que importa y fue el que habló el jueves 6 de abril de 2017 -casualidad histórica, otro 6- para recordar a todos y especialmente a Maduro y su régimen que tienen que irse, que nadie los quiere.
Este jueves 6 de abril, trescientos mil ciudadanos o más, sin miedo, sin chantajes, se concentraron y marcharon para exigir lo único que importa en Venezuela hoy: que se respete de una vez al pueblo, que se devuelva íntegramente el poder a la Asamblea Nacional y a todos los diputados electos, que se liberen los presos políticos y que se fijen de una vez elecciones generales. Un régimen embrutecido recibe así ordenes claras y contundentes: que se vaya y lo haga ya. La democracia triunfará porque la defiende pacífica y democráticamente quien tiene que defenderla: Venezuela en la calle. Si el liderazgo no se equivoca esta vez, no habrá botas ni balas que puedan impedirlo. Es todo
Miguel Aponte
Profesor en la Universidad Central de Venezuela
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Reviewed by Anónimo
on
4/09/2017
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