La complicada venta de gas a Argentina
Autoridades del Gobierno, empezando por el propio presidente Evo Morales, han criticado al embajador argentino Normando Álvarez. Le han señalado que se equivoca al mencionar que Bolivia está incumpliendo con sus envíos de gas a ese país y que se exporta lo que Argentina demanda cada día a través de Enarsa, su empresa estatal del sector.
Esa versión del Gobierno, sin embargo, contrasta con un hecho que es objetivo: Argentina importó gas de Chile (que llega de ultramar) el año pasado y acaba de firmar un acuerdo para hacerlo también en 2017 a precios más altos de los que tiene de Bolivia. ¿Por qué haría eso si es que no enfrentara realmente el problema?
El hecho objetivo es que Bolivia produce unos 60 millones de metros cúbicos de gas natural por día, según datos oficiales, de los cuales 31 millones están comprometidos con Brasil y 23,9 millones con Argentina, como cantidades máximas. Entre 12 y 15 millones se usan en el mercado interno. Como la suma de esas demandas es mayor de los 60 millones de producción diaria, Bolivia enfrenta problemas cuando Brasil y Argentina le exigen los volúmenes máximos.
Simplemente, el gas no alcanza. En verano, cuando llueve más -lo que ayuda a las plantas hidroeléctricas de nuestros vecinos y no se usa calefacción-, el problema es imperceptible, pero en invierno existe una verdadera dificultad. El año pasado, por esa causa, Argentina multó a Bolivia con dos millones de dólares.
El embajador Álvarez fue muy preciso al señalar que los dos primeros días de mayo, Argentina recibió sólo 14 millones de metros cúbicos por jornada, es decir casi 10 millones de metros menos del máximo que esa nación puede demandar. Según las autoridades bolivianas, se exportaron esas cantidades porque Argentina no hizo mayores pedidos. El presente conflicto surgió, a decir del embajador, cuando él demandó a funcionarios de YPFB que le informaran por escrito cuánto gas enviará Bolivia a su país en los próximos meses para saber si será necesario adquirir el energético de Chile. La respuesta que recibió es que ese informe oficial no se le podrá entregar porque podría generar precedentes legales.
Bolivia no ha logrado aumentar sus reservas de gas de una manera que le permita enfrentar estos mercados. No lo ha hecho porque el régimen impositivo actual y la manera como el Gobierno enfrenta a los inversionistas extranjeros los disuade de arriesgar más. La situación actual se agravará aún más, ya que el Ministerio de Energía acaba de firmar acuerdos para vender 12 millones de metros cúbicos diarios de gas adicionales a otros cinco estados brasileños. Además, se supone que el próximo año estará operable la planta de urea, que requerirá aún más gas. Serán problemas de difícil resolución.
Pero, la polémica con Argentina permite otras reflexiones y es la imagen de escasa confiabilidad que está mostrando el país frente a sus compradores. Como sostiene el experto en Hidrocarburos, Hugo del Granado, la confianza es un bien intangible y el factor más gravitante en las relaciones entre socios comerciales. La forma poco clara y hasta descortés con que Bolivia responde en estas situaciones no condice con la necesidad que tiene el país de los recursos que provienen de la venta de gas.
Queda claro que Bolivia está incumpliendo los compromisos con sus socios y esto no constituye un buen precedente para el interés de renovar el contrato de venta de gas a Brasil por 20 años, que deberá suscribirse en 2019 en nuevas condiciones de reservas, precios y volúmenes. Esta negociación se aproxima sin que el país logre haber certificado suficientes reservas de gas, tanto para su seguridad energética, como para sus proyectos de exportación, con una disminución de los precios del barril de petróleo y con la emergencia de competidores en el mercado regional de Gas Natural Licuado (GNL).
Más allá de polémicas y exabruptos, las autoridades del país debieran esmerarse en dar respuestas a la producción insuficiente y al descenso de las reservas.
Fuente: Paginasiete.bo
Esa versión del Gobierno, sin embargo, contrasta con un hecho que es objetivo: Argentina importó gas de Chile (que llega de ultramar) el año pasado y acaba de firmar un acuerdo para hacerlo también en 2017 a precios más altos de los que tiene de Bolivia. ¿Por qué haría eso si es que no enfrentara realmente el problema?
El hecho objetivo es que Bolivia produce unos 60 millones de metros cúbicos de gas natural por día, según datos oficiales, de los cuales 31 millones están comprometidos con Brasil y 23,9 millones con Argentina, como cantidades máximas. Entre 12 y 15 millones se usan en el mercado interno. Como la suma de esas demandas es mayor de los 60 millones de producción diaria, Bolivia enfrenta problemas cuando Brasil y Argentina le exigen los volúmenes máximos.
Simplemente, el gas no alcanza. En verano, cuando llueve más -lo que ayuda a las plantas hidroeléctricas de nuestros vecinos y no se usa calefacción-, el problema es imperceptible, pero en invierno existe una verdadera dificultad. El año pasado, por esa causa, Argentina multó a Bolivia con dos millones de dólares.
El embajador Álvarez fue muy preciso al señalar que los dos primeros días de mayo, Argentina recibió sólo 14 millones de metros cúbicos por jornada, es decir casi 10 millones de metros menos del máximo que esa nación puede demandar. Según las autoridades bolivianas, se exportaron esas cantidades porque Argentina no hizo mayores pedidos. El presente conflicto surgió, a decir del embajador, cuando él demandó a funcionarios de YPFB que le informaran por escrito cuánto gas enviará Bolivia a su país en los próximos meses para saber si será necesario adquirir el energético de Chile. La respuesta que recibió es que ese informe oficial no se le podrá entregar porque podría generar precedentes legales.
Bolivia no ha logrado aumentar sus reservas de gas de una manera que le permita enfrentar estos mercados. No lo ha hecho porque el régimen impositivo actual y la manera como el Gobierno enfrenta a los inversionistas extranjeros los disuade de arriesgar más. La situación actual se agravará aún más, ya que el Ministerio de Energía acaba de firmar acuerdos para vender 12 millones de metros cúbicos diarios de gas adicionales a otros cinco estados brasileños. Además, se supone que el próximo año estará operable la planta de urea, que requerirá aún más gas. Serán problemas de difícil resolución.
Pero, la polémica con Argentina permite otras reflexiones y es la imagen de escasa confiabilidad que está mostrando el país frente a sus compradores. Como sostiene el experto en Hidrocarburos, Hugo del Granado, la confianza es un bien intangible y el factor más gravitante en las relaciones entre socios comerciales. La forma poco clara y hasta descortés con que Bolivia responde en estas situaciones no condice con la necesidad que tiene el país de los recursos que provienen de la venta de gas.
Queda claro que Bolivia está incumpliendo los compromisos con sus socios y esto no constituye un buen precedente para el interés de renovar el contrato de venta de gas a Brasil por 20 años, que deberá suscribirse en 2019 en nuevas condiciones de reservas, precios y volúmenes. Esta negociación se aproxima sin que el país logre haber certificado suficientes reservas de gas, tanto para su seguridad energética, como para sus proyectos de exportación, con una disminución de los precios del barril de petróleo y con la emergencia de competidores en el mercado regional de Gas Natural Licuado (GNL).
Más allá de polémicas y exabruptos, las autoridades del país debieran esmerarse en dar respuestas a la producción insuficiente y al descenso de las reservas.
Fuente: Paginasiete.bo
La complicada venta de gas a Argentina
Reviewed by Anónimo
on
5/14/2017
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