No a la abstención @DoublePlusUT
El 16J fue importantísimo, pero no un juicio final y menos aún un todo o nada que permita concluir que la oposición se divide en buenos y malos y que debe escindirse para alcanzar su “pureza”, creyendo que quien no se oponga “como yo digo” es traidor; ¿no es esto el maniqueísmo irracional típico de la actitud del régimen antidemocrático que queremos superar? Fundar un nuevo partido en democracia siempre estará bien, pero hacerlo en medio de la dictadura, en el mejor momento de la oposición y el peor del régimen y por oponerse a la oposición, ¿está bien? ¿es el momento? Ojalá, pero desde aquí, sinceramente, no le arrendamos las ganancias.
Y como un error exige otro, esa separación nace con la consigna suicida de la abstención que, lea bien, no tendría porqué acompañar a la separación. Si, como todo indica, con una importante participación ciudadana, que sería absolutamente factible si el discurso opositor se mantiene unido y firme, la oposición concentraría la mayoría de gobernaciones, ¿es correcto pedirle al pueblo que no vote, que se quede en su casa mientras el régimen gana y además sin trampa y con supervisión internacional? ¿Eso no es legitimar al régimen? ¿Qué racionalidad es esa? ¿Solo importa demostrar que “yo” soy más honesto, al precio que sea? ¿”Mi” razón no entiende de otras razones? ¿Esto es lo democrático?
Quienes de buena fe se sienten indignados porque la política no se comporta como ellos quisieran, esperan lo imposible y merecen una dirección política más responsable que quien se restea con la ceguera, el todo o nada, la inmovilidad, la división y la idea de que hay que comenzar de cero. Es la tormenta perfecta para oxigenar al régimen: un contrasentido. No se preste usted, ciudadano, para ser usado en beneficio del continuismo del régimen porque después del régimen, no hay peor enemigo del proyecto democrático que nuestra propia torpeza. Así pues, el 15 O no lo dude, participe, vote, no se deje meter en el cuarto oscuro de la abstención y la ceguera.
Y como un error exige otro, esa separación nace con la consigna suicida de la abstención que, lea bien, no tendría porqué acompañar a la separación. Si, como todo indica, con una importante participación ciudadana, que sería absolutamente factible si el discurso opositor se mantiene unido y firme, la oposición concentraría la mayoría de gobernaciones, ¿es correcto pedirle al pueblo que no vote, que se quede en su casa mientras el régimen gana y además sin trampa y con supervisión internacional? ¿Eso no es legitimar al régimen? ¿Qué racionalidad es esa? ¿Solo importa demostrar que “yo” soy más honesto, al precio que sea? ¿”Mi” razón no entiende de otras razones? ¿Esto es lo democrático?
Quienes de buena fe se sienten indignados porque la política no se comporta como ellos quisieran, esperan lo imposible y merecen una dirección política más responsable que quien se restea con la ceguera, el todo o nada, la inmovilidad, la división y la idea de que hay que comenzar de cero. Es la tormenta perfecta para oxigenar al régimen: un contrasentido. No se preste usted, ciudadano, para ser usado en beneficio del continuismo del régimen porque después del régimen, no hay peor enemigo del proyecto democrático que nuestra propia torpeza. Así pues, el 15 O no lo dude, participe, vote, no se deje meter en el cuarto oscuro de la abstención y la ceguera.
Miguel Aponte
@DoubleplusUT
No a la abstención @DoublePlusUT
Reviewed by luis
on
9/28/2017
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